Hace algunos años realicé una exposición de arte en la Ciudad de Buenos Aires y ahí expuse además de pinturas lo que yo llamé “objetos inútiles”. Eran estos objetos conformados por elementos reciclados, lo que no “servía para nada”. Este no servir hacia referencia a lo que no tiene utilidad como se concibe a esto en la actual economía mundial.
Es decir lo que los contadores llaman utilidad, en un balance comercial, como ejemplo tangible de lo dicho, no se contempla en estos “objetos inútiles”. A partir de allí pude reflexionar sobre ese concepto sobre el cual se basa todo el sistema capitalista, utilidad y su contra concepto la inutilidad. Entre estos últimos podemos incluir el amor, la lealtad, los sueños, las utopías, etc. y tal vez muchos otros conceptos que no dejarían ganancias monetarias y que no sirven para ser utilizados como cualquier tipo de compensación material.
Desde allí seguí contemplando estos objetos inútiles como lo mas importante de la vida y es mi intención valorar y poner todo el énfasis en ellos. Insistiendo que el soñar, amar, utopiar son lo esencial para poder arribar aunque mas no sea en pequeños momentos a lo que llamamos felicidad.
De todas maneras supongo que para esta valoración se necesita algo así como cierta docencia de apertura mental hacia lo inútil, es decir poder observar en toda su dimensión lo que no deja ganancia monetaria, lo que solo alegra el alma, “las tripas” dirían mi madre, lo que acalora por la sola acción del pensamiento.