Se acercan las elecciones nacionales donde elegiremos entre varios candidatos, a nuestro próximo presidente y otras autoridades, que van a regir nuestra vida en varios aspectos durante algunos años.
Este último hecho a veces no queda tan claro. Nos convencen que nosotros no tenemos nada que ver con lo que el FMI disponga, que las medidas de los mandatarios (varias) impongan son solo tema de ellos y lo que es peor, nos enseñan
“Que nada se puede hacer”. También del tan mentado “yo no ando en política”, “yo no entiendo de política” y el más extremo “yo no quiero saber nada de política y por eso no voto”.
Permítanme, señores/as lectores/as decirles algo, si ustedes se encuentran en ese grupo de compatriotas. Nada más lejos de la realidad que esas afirmaciones, si ustedes no quieren saber nada con “la política”, “la política” muy pronto querrá saber de ustedes,
de muchas maneras, restringiendo vuestra vida cotidiana, no permitiendo vivir de la mejor manera, etcétera. Del mismo modo “el meterse en política” que no es dar volantes en la calle Corrientes, sino entender sobre los temas que nos ocupan
como ciudadanos y obrar en función de nuestras ideas, redundará en beneficios varios
Valga recordar que todos los cambios beneficiosos para la ciudadanía en el mundo se han dado por gente que se “metió en política” y logró vencer escollos que a priori parecían inexpugnables. La vuelta de la democracia, el castigo a personajes
nefastos, cierto alivio económico en algunos momentos, etc.
En ese orden si bien el maestro Sigmund Freud nos dice con razón que las masas al tachar al individuo producen muchas veces hechos aberrantes, también, y esto lo digo yo, han realizado epopeyas varias que han cambiado para bien el rumbo del mundo.
Es entonces señores/as lectores/as que los invito a inmiscuir nuestras narices en la política, aunque mas no sea para emitir un voto en favor nuestro o dicho de otro modo en “defensa propia”.