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Psicología – José Rshaid – Psicologo

José Rshaid – Psicologo

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José Rshaid

Lic. en Psicología

Ejerzo esta profesión hace muchos años. La psicología y la psicoterapia en particular hacen a la vida cotidiana en tanto la salud mental es esencial para vivir mejor. No necesariamente un tratamiento psicoterapeutico debe llevar mucho tiempo.

A VECES POCAS SESIONES RESUELVEN GRANDES PROBLEMAS

La Psicología de todos los días

En estos cinco capítulos vamos a hablar del tan controvertido tema de la “droga”. Historia, que es un sujeto adicto, que es un consumo problemático y que tipo de asistencia es la mas apropiada.
Capitulo 1

Capitulo 2

Capitulo 3

Capitulo 4

Capitulo 5

Así lo anunció el Ministerio de Capital Humano. La flexibilización beneficiará a quienes residan en la nación europea.

El Ministerio de Capital Humano, a través de la Secretaría de Educación, anunció el lunes el acuerdo alcanzado con la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) de España, por el cual se llevará a cabo la homologación automática en aquel país de los títulos de Licenciada y Licenciado en Psicología y Psicóloga y Psicólogo expedidos por universidades, centros o instituciones argentinas. 

El beneficio podrá ser gestionado por profesionales que residen en el territorio y tras comprobar que los estándares locales utilizados “son de nivel internacional”.

“La regulación de estos títulos por parte de la CONEAU junto con la revisión de la ANECA, de más de 160 expedientes de diferentes planes de estudios de universidades argentinas, ha permitido realizar una comparativa entre la regulación argentina y la regulación española del título oficial que conduce a la profesión de Psicólogo General Sanitario que ponen manifiesto una serie de coincidencias entre carga horaria del título y de las prácticas académicas externas, competencias y contenidos de carácter sanitario, y ambas regulaciones contemplan la presentación de un trabajo final”, detalló Capital Humano.

Para la institución reguladora española se trata, en definitiva, de “trasladar a las titulaciones extranjeras cuya homologación se solicite los mismos criterios de verificación que establece la normativa vigente para las titulaciones ofrecidas por universidades españolas que dan acceso a profesiones reguladas”

De esta manera, a partir del impulso generado por la Subsecretaría de Políticas Universitarias de la Secretaría de Educación (SSPU), se facilitará y agiliza la homologación de los títulos de psicología en territorio español, bajo el concepto de “Máster de Psicólogo General Sanitario”.

 

Denuncian que están convirtiendo Alcohólicos Anónimos en “talleres de adoctrinamiento”

En el acto por el 89° aniversario de la entidad, un grupo de miembros alerta de la intromisión autoritaria de “falsos terap

eutas” que cobran dinero a cambio de su ayuda

 

Alcohólicos Anónimos (AA) celebró el lunes su 89° aniversario en el Teatro Soho Club (Madrid), donde, tal y como adelantó Confidencial Digital, anunció la crisis sin precedentes que atraviesa actualmente la organización. 

Después de las intervenciones del doctor Gabriel Rubio, jefe de Psiquiatría en el Hospital 12 de Octubre de Madrid, y de Manuel Noriega, psicoanalista y psicólogo, –ambos reconocieron la efectividad de las reuniones de AA para la curación del adicto– varios integrantes de la asociación contaron su experiencia y todos coincidieron en que compartir y escuchar a compañeros que han pasado por la misma situación les ha salvado la vida

Un veterano desvela la intromisión el Modelo Minnesota

Pero uno de ellos, el más veterano, quiso ir más allá y clausuró el acto con un mensaje de denuncia que no pasó desapercibido entre el centenar de asistentes que se encontraba en la sala.

“Los reuniones se están convirtiendo en talleres de adoctrinamiento”, lamentó. El veterano desveló la intromisión del Modelo Minnesota, un sistema de tratamiento de adicciones basado en el Programa de los Doce Pasos (creado por los fundadores de AA norteamericanos William Griffith y Robert Holbrook en 1935), que se utiliza en algunos centros de desintoxicación.

Cabe recordar que algunos de los pasos que figuran en el programa son: admitir importancia ante el alcohol, creer en un poder superior, decidir confiar en ese poder, hacer un inventario moral, admitir los errores, estar dispuestos a corregir los defectos, pedir ayuda para corregir los defectos…

Aquellos que lo aplican, según señaló el veterano, “adoptan posturas autoritarias y rompen con los principios de igualdad entre los miembros” de la organización. 

El veterano destacó la buena acogida que obtuvo de la asociación cuando acudió por primera vez a una reunión hace 36 años. Desde entonces, se ha mantenido sobrio. “Los encuentros siempre se han basado en la comprensión mutua“. 

Imposición del programa

Según su relato, estuvo un tiempo sin ir a las reuniones porque ya había superado su adicción al alcohol, pero cuando su madre cayó enferma decidió recurrir de nuevo a uno de los grupos de AA para desahogarse.

Se encontró con un ambiente muy frío, todos los testimonios le parecieron idénticos y nadie se atrevía a decir lo qué pensaba. Descubrió a posteriori que se trataba de uno de los grupos que aplicaba el Modelo Minnesota

“Cuando terminó la reunión dos tipos me agarraron por el brazo, me llevaron a un rincón y me dijeron que cómo podía estar hablando de desolación, que lo que tenía que hacer era ponerme a trabajar el programa”, prosiguió el veterano. “Me pareció deshumanizante”. 

En Alcohólicos Anónimos, el programa, según coincidieron varios integrantes, no es lo más importante, sino que lo principal es la asistencia a las reuniones y escucharse los unos a los otros. 

Además, sostienen que cada uno lo trabaja de manera individual y “no debería” haber ningún padrino o terapeuta que se lo imponga a los demás. “El primer paso es recomendable porque admitimos que somos impotentes ante el alcohol, pero los otros pasos son más subjetivos”, destacó el veterano. 

El veterano dijo sin miramientos que el Programa de los Doce Pasos que habían creado los socios fundadores de AA se “estaba prostituyendo”. 

Intento de convertir la asociación en un negocio

Desde la asociación han denunciado a través de una carta a la que ha tenido acceso ECD el intento de convertir la entidad asistencial en un negocio. Aseguran que “falsos terapeutas” –cuya única preparación es un cursillo que ofrecen en los centros de rehabilitación – se están presentando en las reuniones como “expertos en el programa” para ganar dinero y “obligan” a los demás a trabajarlo entero por escrito. 

Los “intrusos minnesotos” han llegado a soltar frases como: “este no es un programa para inteligentes, es un programa para obedientes“, según explicó el veterano. “Han creado una jerarquía porque, según ellos, tienen un conocimiento superior sobre el programa y dividen los grupos en dos: por un lado, los terapeutas y padrinos que se presentan como la autoridad y son unos pocos y por otro, todos los demás, que somos una mayoría”. 

Concluyó que el Modelo Minnesota es totalmente incompatible con Alcohólicos Anónimos por sus diferencias irreconciliables e instó a las autoridades sanitarias a revisar esta situación para que determinen si estas personas están capacitadas para hacer lo que están haciendo con el Programa. 

Origen del Modelo Minnesota

En una segunda carta, a la que también también ha tenido acceso ECD, uno de los grupos que conforman AA España, han llamado a la movilización del resto de integrantes contra el Modelo, “en defensa del legado de Bill y Bob”, fundadores de la entidad. 

También detallan cómo surgió este sistema de tratamiento de adicciones. Fue en los años cuarenta cuando, unos alcohólicos anónimos “de cortísimo recorrido en sobriedad” idearon por su cuenta la primera versión del Modelo. 

Decidieron recrear en un espacio cerrado la atmósfera de las reuniones de AA. Salvo el médico y el personal de enfermería, todos los trabajadores del centro de rehabilitación, desde la recepcionista al jardinero, deberían ser miembros de AA, como también las personas que se encargarían de enseñar el Programa de los Doce Pasos.

Luego, terminado el período de internamiento, el paciente, ya desintoxicado, más o menos iniciado en dicho Programa, sería remitido a un grupo de AA. “Sobre el papel parecía  sencillo, e incluso irreprochable, sobre todo si tenemos en cuenta los deprimentes resultados de los centros de rehabilitación convencionales”. 

Richard Coyle Lilly, un magnate del petróleo, “hizo suyo el proyecto” y, en asociación con varios hombres de negocios, puso en órbita una empresa llamada Hazelden, en Minnesota, Estados Unidos. 

Fueron esos empresarios quienes, reorientaron el proyecto  original, para adaptarlo a las exigencias del mercado, según se lee en la misiva. “Así, por ejemplo, alejándose de cualquier forma de altruismo, optaron por dedicar sus esfuerzos a la captación de clientes de la clase adinerada“. 

La primera clínica abrió sus puertas en Minnesota, en una granja reformada a tal efecto. Este fue el punto de partida de un negocio en constante expansión, llamado a “interferir” algún día, décadas  después, “en la saludable y pujante existencia de AA” en Estados Unidos, en el Reino Unido, en México, en Colombia y, finalmente, en nuestro país

 

 

Cómo afecta la adicción al internet en el cerebro de los adolescentes

Cómo afecta la adicción al internet en el cerebro de los adolescentes

Un nuevo estudio revela cuáles son las consecuencias de la alta exposición a dispositivos electrónicos durante el desarrollo de los jóvenes

Estudio indica interrupciones en señales cerebrales de adolescentes con adicción a internet.

Desde la llegada del internet a todos los dispositivos electrónicos, la preocupación de los padres por el tiempo que le dedican sus hijos a pasar el tiempo frente a una pantalla ha crecido de manera exponencial. Un nuevo estudio ha encontrado que las señales entre regiones del cerebro responsables de controlar la atención y la memoria pueden verse interrumpidas en adolescentes diagnosticados con adicción a internet.

Según los autores del estudio, “la adicción conductual causada por el uso excesivo de internet ha generado una creciente preocupación en la última década”. Expertos señalan que el uso excesivo de internet puede distraer a los adolescentes de sus responsabilidades y actividades cotidianas. Este hallazgo se publicó en la revista PLOS Mental Health y surge de la revisión de doce estudios de neuroimagen realizados entre 2013 y 2022.

Max Chang, primer autor del estudio y gerente de casos en Peninsula Family Service, en San Francisco, explicó que los síntomas de la adicción a internet incluyen una preocupación persistente con el internet, síntomas de abstinencia cuando están ausentes, y sacrificar relaciones personales por tiempo en internet durante un período prolongado.

El estudio revisado incluyó a cientos de adolescentes de entre diez y diecinueve años y concluyó que aquellos con adicción a internet mostraron una “disrupción importante” en la capacidad de las regiones cerebrales para trabajar juntas. Según el análisis, “estas alteraciones en la señalización podrían hacer que funciones ejecutivas como la atención, la planificación y el control de impulsos sean más difíciles de realizar, influyendo potencialmente en el desarrollo y el bienestar de estos jóvenes”.

En Estados Unidos, adicción a internet no está reconocida en el DSM-V (Imagen Ilustrativa Infobae)

En Estados Unidos, adicción a internet no está reconocida en el DSM-V (Imagen Ilustrativa Infobae)

David Ellis, un científico del comportamiento de la Universidad de Bath, comentó sobre las limitaciones del estudio, indicando que “no se puede establecer una relación de causa y efecto a partir de estos estudios”. Además, Ellis argumenta que la conceptualización y medición de la adicción a internet no está universalmente aceptada, destacando que “internet permite numerosas actividades, lo que hace que esta definición sea algo redundante”.

En Estados Unidos, la adicción a internet no está incluida en el DSM-V, el manual estándar de clasificación de trastornos mentales utilizado por profesionales de salud. Sin embargo, sí se reconoce el “trastorno de juego en internet”. Es relevante mencionar que todos los estudios revisados se realizaron en Asia, con una mayoría de participantes masculinos. China fue el primer país en declarar la adicción a internet como “crisis de salud pública”.

Según los expertos, los patrones de conectividad funcional observados en los cerebros de los adolescentes con adicción a internet son similares a los encontrados en personas con adicciones a sustancias. Caglar Yildirim, profesor asociado de ciencias de la computación en Northeastern University, explicó que “los mecanismos subyacentes a la adicción a internet son más un patrón emergente que una imagen completa”.

Adicionalmente, la profesora Eva Telzer, de la Universidad de Carolina del Norte, señaló que “es muy posible que los adolescentes con diferencias subyacentes en los patrones de conectividad cerebral sean más vulnerables a desarrollar adicción a internet”. Esta falta de datos longitudinales limita la capacidad de comprender completamente las causas y efectos de la adicción a internet en el cerebro adolescente.

Para aquellos preocupados por la posibilidad de que sus hijos sufran de adicción a internet, Chang sugiere estar atentos a comportamientos como retirarse de relaciones personales. Además, “la adicción a internet reconfigura el cerebro, haciendo que sea más difícil resistirse a los estímulos relacionados con internet”, agregó. Terapias como la cognitivo-conductual, la atención plena y las entrevistas motivacionales puedenser útiles para manejar estos casos. Estos tratamientos buscan aumentar la motivación y el compromiso de la persona hacia el cambio conductual.

En situaciones severas, un psiquiatra podría recomendar medicación para tratar algunos tipos de adicción tecnológica y también sugerir evaluar otras condiciones de salud mental subyacentes. “Limitar el tiempo frente a la pantalla y evitar el ‘doomscrolling’ son algunas de las medidas preventivas que recomendamos”, dijo la doctora Smita Das, psiquiatra de adicciones de Stanford Medicine.

Debido al creciente número de casos de adicción tecnológica, la Asociación Psiquiátrica Americana lo incluyó como un tema en su iniciativa presidencial para 2023-2024. “Porque sabemos que las familias están desesperadas en busca de ayuda y confundidas acerca de la ciencia”, dijo Das, “desarrollamos varios recursos, muchos de los cuales están en el sitio web de la APA”.

10 frases que muestran el lado más irónico de sigmund freud

Sigmund Freud dejó muchas frases para la posteridad. Algunas, más que representativas de su trabajo, retratan su forma de ser.

 

considerado el padre del psicoanálisis, el psiquiatra austríaco Sigmund Freud era famoso entre otras cosas por su sentido del humor y el uso de la ironía, tanto en su vida personal como en la profesional. Freud a menudo empleaba el humor para exponer sus ideas y también para suavizar temas difíciles o controvertidos

En su obra El chiste y su relación con lo inconsciente, Freud analiza cómo el humor y los chistes pueden revelar verdades ocultas y deseos reprimidos, y servir como una válvula de escape para la tensión psicológica. Pero donde vemos más claro este uso de la ironía es en su correspondencia personal.

“La historia solo es gente nueva que comete errores viejos”.

“Si dos individuos están siempre de acuerdo en todo, puedo asegurar que uno de los dos piensa por ambos”.

“Las emociones inexpresadas nunca mueren. Son enterradas vivas y salen más tarde de peores formas”.

“Cada uno de nosotros tiene a todos como mortales menos a sí mismo”.

“He sido un hombre afortunado en la vida: nada me resultó fácil”.

“El hombre virtuoso se contenta soñando lo que el malvado hace en la vida real” (en realidad aquí estaba citando a Platón, pero va muy en línea con el pensamiento de Freud).

“Qué progreso hemos hecho. En la Edad Media me hubieran quemado. Ahora están contentos con quemar mis libros”.

“La mayoría de la gente no quiere la libertad realmente, porque la libertad implica responsabilidad y la mayoría de la gente teme la responsabilidad”.

“La ciencia moderna aún no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como lo son unas pocas palabras bondadosas”.

 

Trastornos y efectos tóxicos relacionados con el cannabis

Revisión de diagnóstico y tratamiento de trastornos relacionados con el consumo de cannabis

Resumen: Revisión de diagnóstico y tratamiento de trastornos relacionados con el consumo de cannabis

Cannabis (a veces llamado marihuana) es un término amplio que puede referirse a una planta específica (género Cannabis), los químicos contenidos en la planta, sus contrapartes y análogos sintéticos, y los productos derivados de cualquiera de estas cosas. La planta de cannabis contiene más de 500 químicos identificados, muchos de los cuales no están bien caracterizados farmacológicamente,1 incluyendo más de 125 fitocannabinoides. Los fitocannabinoides más estudiados son delta-9-tetrahidrocannabinol (THC) y cannabidiol (CBD). El THC se considera el principal compuesto psicoactivo del cannabis, responsable de muchos de sus efectos psicológicos y fisiológicos. El CBD también es psicoactivo (ansiolítico, analgésico y posiblemente antipsicótico) pero no es euforogénico. Decenas de terpenos y flavonoides también están presentes. Los terpenos confieren el olor distintivo que emiten los capullos de cannabis.

El cannabis tiene un estatus legal dicotómico en los Estados Unidos.2 La planta de cannabis y todos los compuestos y productos derivados de ella (con una excepción) están clasificados en el Anexo I de la Ley de Sustancias Controladas. Esta clasificación los hace ilegales a nivel federal. La Ley Agrícola de 2018 eliminó las plantas de cannabis que contengan menos del 0,3% de THC de la jurisdicción de la Ley de Sustancias Controladas y las definió como cáñamo. Los productos de CBD ahora ampliamente disponibles en los Estados Unidos presumiblemente derivan del cáñamo. Por el contrario, a partir del 8 de noviembre de 2023, según la ley estatal, el cannabis es legal para uso medicinal en 38 estados, el Distrito de Columbia y 3 territorios y para uso recreativo (el llamado uso para adultos) en 24 estados, el Distrito de Columbia y 2 territorios. Otros 9 estados permiten el uso medicinal de productos de cannabis con bajo contenido de THC y alto contenido de CBD. Así, sólo 3 estados (Idaho, Kansas y Nebraska) no tienen ningún tipo de producto de cannabis legalizado.

Este artículo revisa el diagnóstico y tratamiento de los siete trastornos relacionados con cannabis definidos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales, quinta edición, revisión de texto (DSM-5-TR)3 (Tabla 1). Se revisan aquí algunos de los efectos tóxicos asociados con el consumo prolongado de cannabis.


Epidemiología y carga de enfermedad

El cannabis es una de las sustancias psicoactivas más consumidas a nivel mundial, sólo superada por la cafeína, el alcohol y el tabaco (nicotina).

En todo el mundo, se estima que 209 millones de personas de 15 a 64 años consumieron cannabis en 2020, lo que representa alrededor del 4% de la población mundial de ese grupo de edad.4 En los Estados Unidos, se estima que 52,4 millones de personas de 12 años o más consumieron cannabis en 2021, lo que representa el 18,7% de la población que vive en comunidad de ese grupo de edad5 y 16,2 millones personas cumplieron los criterios diagnósticos del trastorno por consumo de cannabis, que tiene como característica central el consumo de cannabis a pesar de sus consecuencias adversas.

El trastorno por consumo de cannabis ocurre en todos los grupos de edad, pero es principalmente una enfermedad de adultos jóvenes.

La mediana de edad de inicio es 22 años (rango intercuartílico, 19 a 29).6 En los Estados Unidos, el porcentaje de personas de 18 a 25 años con trastorno por consumo de cannabis (en el último año) en 2021 fue del 14,4%.5 Una edad más temprana de inicio de consumo de cannabis se asocia con un desarrollo más rápido y más grave del trastorno.7

El trastorno por consumo de cannabis a menudo ocurre junto con otras condiciones psiquiátricas, incluyendo otros trastornos por uso de sustancias. Aproximadamente dos tercios de las personas a las que se les ha diagnosticado un trastorno por consumo de cannabis tienen al menos otro trastorno por consumo de sustancias actual, más comúnmente alcohol o tabaco.8,9 Casi la mitad de las personas con diagnóstico de trastorno por consumo de cannabis tiene un trastorno psiquiátrico concomitante que no es un trastorno por uso de sustancias, más comúnmente depresión mayor, trastorno de estrés postraumático o trastorno de ansiedad generalizado.9 La presencia de un trastorno psiquiátrico coexistente se asocia con un trastorno por consumo de cannabis más grave y una peor respuesta al tratamiento.

El consumo de cannabis plantea una carga mundial de morbilidad, aunque sustancialmente menor que la planteada por otras sustancias psicoactivas como alcohol, tabaco (nicotina), opioides y estimulantes.10 El proyecto de Carga Global de Enfermedad calculó que el consumo de cannabis en 2016 fue responsable de aproximadamente 646.000 años de vida sana perdidos por discapacidad, una tasa estandarizada por edad de 8,5 años por 100.000 personas. El consumo de cannabis se asocia más fuertemente con un mayor riesgo de accidentes automovilísticos, tendencias suicidas y enfermedades cardiovasculares y pulmonares.11

La mayoría de las otras enfermedades y muertes asociadas al cannabis probablemente se deban a la coexistencia de trastornos psiquiátricos y de consumo de sustancias, más que al cannabis en sí.12 El consumo de cannabis se asoció con un 10% estimado de consultas al departamento de emergencias relacionadas con drogas en los Estados Unidos en 2021.13 Sigue sin estar claro si el consumo de cannabis se asocia significativamente con un aumento de la mortalidad por todas las causas.14,15


Fisiopatología y farmacología

Los principales efectos del cannabis son generados por la interacción del THC con el sistema cannabinoide endógeno (endocannabinoide).

El sistema endocannabinoide comprende al menos dos receptores de superficie celular: los receptores cannabinoides tipo 1 (CB1) y tipo 2 (CB2), y los ligandos endógenos para esos receptores.16 Los receptores CB1 se encuentran tanto en las neuronas como en la glía en todo el cerebro, especialmente en regiones que se cree que median efectos prominentes del THC, como el hipocampo (memoria), los ganglios basales y el cerebelo (coordinación motora), y la corteza cerebral (experiencia subjetiva y función ejecutiva).17

Los adultos que consumen cannabis a largo plazo tienen una regulación negativa de los receptores CB1 del cerebro.18 Los receptores CB1 también se encuentran fuera del sistema nervioso central en el miocardio, el endotelio vascular, el tejido adiposo, el hígado y los órganos reproductivos. Los receptores CBse encuentran principalmente en las células inmunes, aunque algunos se encuentran en el sistema nervioso central.

El THC es un agonista parcial de ambos tipos de receptores cannabinoides.16 El CBD parece tener múltiples objetivos moleculares e interacciones limitadas con los receptores de cannabinoides.19 Los cannabinoides sintéticos, que no se tratan aquí, son agonistas completos del receptor CB1,16 lo que puede explicar que sus efectos sean más amplios e intensos que aquellos del THC.

La farmacocinética y la evolución temporal de los efectos del THC dependen de la vía de administración. El THC se absorbe rápidamente cuando se inhala (fumado o vaporizado): aparece en plasma en segundos, y la concentración máxima se produce en 5 a 10 minutos.20 Por el contrario, la administración oral de THC produce una absorción lenta, y la concentración plasmática máxima se produce en 2 a 6 horas. Las personas que esperan un efecto inmediato pueden tomar dosis orales repetidas, a veces resultando en una sobredosis involuntaria.

Intoxicación por cannabis

El consumo de cannabis induce una variedad de efectos psicológicos y fisiológicos agudos que varían en intensidad y duración según la dosis (principalmente de THC), la vía de administración, y el grado de tolerancia del usuario.21,22

Los efectos psicológicos agudos incluyen euforia, relajación y sedación (normalmente deseadas por personas que consumen cannabis de forma recreativa), aumento del apetito, y deterioro de la memoria a corto plazo, la concentración y la coordinación psicomotora. Algunas personas experimentan mayor ansiedad, ataques de pánico o paranoia, especialmente en dosis más altas. Los síntomas psicóticos, como alteraciones de la percepción, alucinaciones y delirios, son menos comunes.

Los efectos físicos agudos incluyen alteración de la coordinación motora, dificultad para hablar, boca seca, inyección conjuntival (“ojos rojos”), taquicardia, hipotensión ortostática y nistagmo horizontal. El cannabis fumado provoca tos, sibilancias y disnea; aumenta la producción de esputo23; y exacerba el asma.24 El consumo de cannabis, independientemente de la vía de administración, puede asociarse con arritmias cardíacas transitorias agudas, incluyendo fibrilación auricular, taquicardia supraventricular, contracciones ventriculares prematuras y taquicardia ventricular no sostenida.25

El consumo de cannabis también se asocia con alteración aguda de la capacidad de conducir, según lo evaluado por simuladores de conducción y pruebas en carretera. Encuestas transversales sugieren que el consumo reciente de cannabis aumenta el riesgo de sufrir accidentes automovilísticos en un 30% a 40%.26 En comparación, una concentración de alcohol en sangre del 0,08% aumenta el riesgo de accidentes entre un 250 y un 300%.26

La evolución temporal de la intoxicación por cannabis varía según la vía de administración, debido a la farmacocinética de absorción y distribución. La intoxicación por cannabis inhalado (fumado o vaporizado) comienza en unos pocos minutos y dura de 3 a 4 horas. La intoxicación por administración oral comienza entre 30 minutos y 3 horas después de la ingestión y dura de 8 a 12 horas. Las personas que no hayan consumido anteriormente cannabis o que lo usan sólo de forma ocasional normalmente se intoxican cuando inhalan THC en una dosis de 2 a 3 mg o ingieren THC por vía oral en una dosis de 5 a 10 mg.27

La intoxicación por cannabis suele ser leve y autolimitada. La mayoría de las personas intoxicadas por cannabis nunca acuden a atención médica. Aquellos que requieren tratamiento formal suelen tener ansiedad severa o ataque de pánico, síntomas psicóticos prominentes, o falta de coordinación motora grave.28 El tratamiento hospitalario está justificado si hay síntomas psicóticos o de estado de ánimo graves (ej., tendencias suicidas). En niños que ingieren cannabis, se puede desarrollar coma, convulsiones o inestabilidad cardiopulmonar.29

La intoxicación por cannabis generalmente se trata sin medicación.

No hay un antídoto especifico; ningún medicamento está aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) para el tratamiento de la intoxicación por cannabis.30 El paciente es ubicado en un ambiente tranquilo y se les ofrece apoyo y tranquilidad.21,27 La agitación o ansiedad severa se controla con benzodiazepinas. La psicosis generalmente responde a un antipsicótico de segunda generación, y la dosis se puede ajustar teniendo en cuenta la gravedad de la psicosis.31

Efectos subagudos del cannabis

El consumo de cannabis se asocia con cuatro síndromes psiquiátricos subagudos que persisten después de las primeras 24 horas de la intoxicación aguda o que involucran síntomas suficientemente graves como para justificar la atención clínica independiente (Tabla 1).3 Los signos y síntomas se parecen a los del correspondiente trastorno no inducido por sustancias. El diagnóstico se sugiere por la aparición de síntomas durante (o poco después de) un período de consumo o de abstinencia de cannabis (reducción sustancial o cese del consumo de cannabis) y resolución dentro del mes posterior la abstinencia de cannabis. El tratamiento es en gran medida de apoyo y orientado a los síntomas. Hay muy pocos ensayos clínicos relevantes, por lo que el tratamiento se determina en base a la experiencia clínica.28

Trastorno de ansiedad inducido por cannabis

El trastorno de ansiedad inducido por cannabis puede manifestarse como ansiedad generalizada o ataques de pánico.32 Los ataques de pánico que resultan del consumo de cannabis son similares a los que no están relacionados con dicho consumo.33 Los pacientes con trastorno de ansiedad inducido por cannabis representan del 20 al 25% de los pacientes que se presentan a los departamentos de emergencia con síntomas relacionados con el cannabis.32 La mayoría de estos pacientes son dados de alta dentro de las 24 horas, pero se desconoce si existen estudios que impliquen el seguimiento de dichos pacientes. La prevalencia general del trastorno de ansiedad inducido por cannabis es desconocida porque muchas personas con este trastorno no buscan atención médica.

Trastorno psicótico inducido por cannabis

Se reportan síntomas psicóticos transitorios durante la intoxicación por cannabis en el 5 al 50% de los adultos, dependiendo de cómo se describan los síntomas.34 Una historia familiar o personal de síntomas psicóticos se asocia con un mayor riesgo de síntomas psicóticos durante la intoxicación por cannabis. La incidencia anual de adultos con psicosis inducida por cannabis que acuden a la atención médica es de aproximadamente 3 a 6 por 100.000 (en base a registros nacionales de atención médica en Escandinavia).35

Las variaciones alélicas en el gen de la catecol O-metiltransferasa (una enzima que metaboliza las catecolaminas) se asocian con un mayor riesgo de psicosis inducida por cannabis.36 Los estudios de registros nacionales basados en población muestran que un trastorno psicótico a largo plazo que es indistinguible de la esquizofrenia se desarrolla en una quinta parte a la mitad de los pacientes con trastorno psicótico inducido por cannabis.34 Esta transición es más probable que ocurra en personas que comienzan a consumir cannabis en la adolescencia o cannabis con altas concentraciones de THC (es decir, cannabis de alta potencia).37

Trastorno del sueño inducido por cannabis

El cannabis en general, y el THC en particular, disminuye la latencia del sueño (el tiempo que se tarda en caer dormido) y aumenta la duración del sueño, pero tiene poco efecto consistente sobre la arquitectura del sueño.38

Estos cambios tienden a disminuir con el uso repetido, presumiblemente debido a tolerancia. En cambio, la alteración del sueño (insomnio, sueños perturbadores) es una manifestación común de la abstinencia de cannabis y puede persistir durante varias semanas después de que otros síntomas de abstinencia han disminuido.39 Los síntomas de alteración del sueño son reportados por alrededor de dos tercios de las personas que experimentan abstinencia de cannabis,40 pero se desconoce la prevalencia del trastorno del sueño inducido por el cannabis.

No existe un tratamiento eficaz demostrado para el trastorno del sueño inducido por el cannabis.39 La mejora de la higiene del sueño y la terapia cognitivo-conductual han sido sugeridos pero no han sido formalmente evaluados. El zolpidem de liberación prolongada mejoró la duración y la calidad del sueño en un pequeño ensayo clínico controlado y aleatorizado en el que participaron 31 pacientes adultos hospitalizados en proceso de abstinencia de cannabis.39

Delirio inducido por cannabis

El delirio inducido por cannabis es un síndrome poco comprendido. Los pocos informes de casos publicados muestran que el delirio hiperactivo (hiperadrenérgico), que se caracteriza por hiperactividad, agitación, inestabilidad autonómica y desorientación, a menudo con alucinaciones, es más común que el delirio hipoactivo.41 Estar en tratamiento con antidepresivos tricíclicos puede ser un factor de riesgo.42 La psicosis con agitación inducida por cannabis a menudo se diagnostica erróneamente como delirio, por lo que se desconoce la verdadera prevalencia del delirio inducido por cannabis. El tratamiento con dexmedetomidina intravenosa, un agonista selectivo del receptor α2 adrenérgico presináptico, fue eficaz en varios casos.41

Trastorno por consumo de cannabis

El trastorno por consumo de cannabis, al igual que otros trastornos por consumo de sustancias, es una condición crónica y recurrente.

La característica principal es la pérdida de control sobre el consumo de cannabis, lo que se refleja en el consumo persistente de cannabis a pesar de las consecuencias adversas. Los criterios diagnósticos específicos se proporcionan en el DSM-5-TR3 (Tabla 2).

Los principales factores de riesgo para el desarrollo del trastorno por consumo de cannabis son la frecuencia y la duración del consumo de cannabis. La cantidad y la potencia del cannabis que se utiliza también son probables factores de riesgo, pero no han sido bien estudiados debido a la dificultad para cuantificar de forma confiable la cantidad y la potencia del contenido de THC de productos que son ilícitos a nivel federal y poco regulados a nivel estatal. La potencia del cannabis se ha duplicado en las últimas dos décadas, según los análisis de muestras incautadas por las autoridades estadounidenses,43 lo que puede contribuir al mayor riesgo de un trastorno por consumo de cannabis y de psicosis inducida por cannabis.44

El riesgo de sufrir un trastorno por consumo de cannabis se asocia positivamente con la frecuencia del uso de cannabis: se observa una prevalencia del 3,5% del trastorno por consumo de cannabis con el consumo anual (<12 días por año), del 8% con el uso mensual (<4 días por mes), del 16,8% con el uso semanal (<5 días por semana), y del 36% con el uso diario o casi diario (>4 días por semana).45 La prevalencia del trastorno por consumo de cannabis en el último año entre adolescentes (de 12 a 17 años) se asocia positivamente con la duración total del consumo de cannabis: 11% entre aquellos que han estado consumiendo cannabis durante 1 año o menos, 15% entre aquellos que han estado consumiendo cannabis durante 1 a 2 años, 18% entre los que han estado consumiendo cannabis durante 2 a 3 años, y 21% entre aquellos que han estado consumiendo cannabis durante más de 3 años.

Más de la mitad de la Generación Z sufre problemas de salud mental en la Argentina, según un estudio

El 65% de chicos que tiene entre 15 a 25 años dice que padece depresión, ansiedad o angustia. El dato surge del informe de la consultora Moiguer que desmiente prejuicios sobre la juventud.

DÉFICITS DE BIENESTAR. Dos de cada tres jóvenes sufren de ansiedad, depresión o angustia. UNSPLASH

DÉFICITS DE BIENESTAR. Dos de cada tres jóvenes sufren de ansiedad, depresión o angustia. UNSPLASH
27 Mayo 2024

 

Existen muchos mitos sobre la Generación Z en la Argentina. Los adultos consideran a los integrantes de este grupo etario como “frágiles y vulnerables”, mientras que ellos se identifican a sí mismos como “emocionalmente conscientes”. Así lo reveló el informe de la consultora Moiguer “Joven argentino: desarmando mitos” en el que encuestaron a chicos que tienen entre 15 y 20 años para desentrañar sus concepciones.

Uno de los mitos detectados está vinculado con el factor emocional de los jóvenes. El estudio reveló que dos de cada tres chicos que tienen entre 15 y 25 años sufrieron algún tipo de problema relacionado con su salud mental durante el último año. El 72% dijo de los jóvenes sondeados precisó que, cuando tiene algún malestar psíquico, lo conversa con un psicólogo o con amigos. Estos resultados guardan relación con una encuesta realizada por LA GACETA a comienzos de este año para entender qué llevaba o podría llevar a los jóvenes tucumanos al psicólogo. “Ansiedad” fue la respuesta más popular: la eligió una quinta parte de los 256 chicos de género indistinto de la provincia que participaron del sondeo.

RESULTADOS. Datos del informe en relación con las necesidades emocionales. CAPTURA DE PANTALLA

Otro de los prejuicios estudiados por Moiguer es que los jóvenes no piensan en su futuro, y que, por eso, los adultos los ven como “perdidos y sin proyectos”. Ellos, sin embargo, se sienten “con objetivos de progreso y sacrificio”. El 81% aseguró que tiene algún proyecto para los próximos 5 años mientras que el 85% cree que el trabajo y el esfuerzo son las claves para concretar sus proyectos. Los más nombrados son: independizarse, terminar la carrera, comprar una casa y vivir con la pareja.
Los resultados del punto anterior desmienten el tercer mito que considera que los nativos digitales de la Generación Z son “inestables y cortoplacistas” en relación a su consumo. Pero ellos se autodefinen como “pragmáticos y eficientes” en su concepción del tiempo, del espacio y de los resultados.
El cuarto mito es que los adultos consideran que los jóvenes argentinos son “erráticos y contradictorios”. Ellos, sin embargo, se perciben “fluidos y descontracturados” al evitar las elecciones permanentes, excluyentes y definitorias. Pero, en realidad, muchos de los jóvenes encuestados por Moiguer anhelan el compromiso: el 70% sueña con casarse, y el 61% tiene o planea tener hijos, mientras que el 30% no descarta relaciones con personas del mismo género.
El último mito aborda la relación de los jóvenes con el país. Algunos adultos dicen que son “desarraigados y descreídos” ya que existe la creencia de que muchos quieren vivir en otros países. En cambio, ellos se manifiestan “orgullosos y esperanzados”. El 90% de los jóvenes siente orgullo de ser argentino y no elegiría otro país. Emigrar es una idea presente para el 63% de los encuestados y únicamente el 26% lo haría de forma definitiva.

DESMITIFICACIÓN. Cómo los adultos perciben a los jóvenes versus cómo ellos mismos se definen. CAPTURA DE PANTALLA
A modo de conclusión, el estudio Moiguer afirma que la Generación Z en Argentina es resiliente, tiene proyectos claros, y mantiene una visión optimista sobre su futuro y su identidad nacional. También destaca que desmentir estos mitos es crucial para comprender mejor a los jóvenes y apoyarlos en sus desafíos.

El enigma de los sueños

Sigmund Freud en los 168 años de su natalicio

El importante lugar en la cura que guardan los secretos oníricos.

 

El 6 de mayo de 2024 se conmemora el nacimiento de Sigmund Freud, quien pensó que sería recordado a partir de su revelación acerca del enigma de los sueños. En una visita a la casa en la que tuvo el célebre sueño de la inyección de Irma, imaginó que en la posterioridad se colocaría una placa de mármol con la siguiente inscripción: “En esta casa, el 24 de julio de 1895, le fue revelado al doctor Sigmund Freud el secreto de los sueños” [1]. Si bien hoy Freud no es solo recordado por este descubrimiento, ya que su obra lo sobrepasa, creo importante evocar su lugar en la cura ya que suele olvidarse su relevancia. Se observa que, para los psicoanalistas, el sitial preponderante que tuvo para el creador del psicoanálisis parece haber declinado. Si bien hay sueños y sueños y no todos son reveladores, algunos, en general los que se repiten bordean, vía la interpretación, el núcleo de nuestro ser.

 
 

El sueño fue para Freud la vía regia de acceso al inconsciente, al punto de afirmar que quien no sepa explicarse la génesis de las imágenes oníricas, se esforzará en vano por comprender las fobias, las histerias, las obsesiones y los delirios. Tal el valor teórico que le otorgó que imaginó que al descifrarlo estaría en las filas de aquellos que trascienden, con sus descubrimientos, sus destinos como mortales. Su gran obra “La interpretación de los sueños” fue publicada en 1899, en su momento no tuvo buena repercusión, pero a lo largo del siglo XX su influencia trascendió el campo clínico para convertirse en fuente de inspiración de escritores, filósofos, cineastas y todo el movimiento surrealista. Y así, el año 1900 marca, ¿con la obra “La interpretación de los sueños” el origen del psicoanálisis con su método de interpretación?

 

Desde muy antiguo, los sueños se prestaron a ser interpretados ya que los hombres consideraban que conllevaban un mensaje benévolo u hostil, proveniente de potencias superiores, dioses y demonios. Ya en las primeras civilizaciones la humanidad ha considerado el sueño como un enigma inquietante. Lo ha transformado a la vez en soporte para una convención literaria, y en materia para una creencia supersticiosa. En todo el antiguo Oriente, como en la antigüedad grecorromana, se le ha considerado como el mensaje de un dios, quien por este medio pondría sobre aviso a los mortales sobre sus intenciones generales o acerca del destino que les reservaba. La historia bíblica nos da un ejemplo de este procedimiento en la interpretación dada por José del sueño del Faraón: las siete vacas gordas, sucedidas por otras siente vacas que devoraban a las primeras, constituye una sustitución simbólica de la predicción de siete años de hambre que habrían de consumir la abundancia que otros de prósperas cosechas produjeron en Egipto. Claro que esta interpretación simbólica es imposible en los sueños confusos desordenados, ilógicos.

 

Con Aristóteles, el sueño, más que ser un presagio de fuerzas exteriores al sujeto, es manifestación del alma del soñante, de ahí que Freud subraye que, para el estagirita el sueño es ya un objeto de investigación psicológica.

A partir del advenimiento de la ciencia, el sueño pierde su lugar como producto de la actividad psíquica para ser mera expresión de procesos somáticos. Fueron solo los filósofos y los poetas quienes le otorgaron un lugar negado por el cientificismo. Los filósofos y los poetas no minimizaron lo que el material onírico revela: Kant afirma que el sueño tiene por función descubrir lo que hubiésemos sido, de no mediar por la educación, Fichte opina que refleja más el ánimo que la vigilia, Schubert lo ve como una emancipación del espíritu del poder de la naturaleza. No es casual que Descartes, padre de la filosofía moderna e hito fundamental para el desarrollo de la ciencia moderna, rechazase al sueño por buscar una certeza que solo podía encontrar desprendiéndose de lo onírico, apreciado como engañoso. La ciencia no se interesaría por este producto, estimado en adelante por el romanticismo alemán que tuvo gran influencia en Freud. En explícita oposición a todos aquellos que juzgaron al sueño como algo ajeno a la ética del sujeto, Schopenhauer dijo que todos obramos en sueños conforme a nuestro carácter, Fischer afirmó que en los sueños se revelan nuestros más íntimos sentimientos.

 

Con la declinación del romanticismo y el desarrollo del pensamiento positivista que inscribió la sinrazón en el orden de la enfermedad, el sueño queda relegado al rango de un producto puro de la actividad cerebral. Freud combatió esta concepción, precedido por los trabajos de Alfred Maury, Albert Scherner y el marqués Saint Denys quienes, consideraron al sueño una expresión de la vida anímica.

Según un sucinto rastreo por la época anterior a Freud, vemos que los sueños se prestaron a una interpretación e incluso fueron ponderados como manifestaciones de lo más secreto del alma. ¿Cuál fue entonces el gran descubrimiento de Freud, ese que le hizo decir a Miguel Foucault que el texto La interpretación de los sueños, es, con El nacimiento de la tragedia de Nietzsche, y con El capital, de Marx, una de las tres obras fundamentales del mudo moderno? ¿Cuál el mérito, ese que le hizo afirmar a Freud que se trataba de su trabajo más acabado y que cuando tenía dificultades y vacilaciones con los problemas de las neurosis, recuperaba lucidez acudiendo a sus páginas?

 

El primer paso dado por Freud concierne a la naturaleza de la interpretación del sueño, cuyo método no se basa en referencias externas al soñante sino en las asociaciones libres que emergen en él durante el análisis. Su sentido no depende del capricho de un intérprete ajeno –como en la Antigüedad– sino que se revela en ellas mismas, el soñante estará así en su origen. Sin embargo, el sujeto no es un autor que precede al relato, tampoco el sentido del sueño está detrás de lo que se profiere, el psicoanálisis muestra que la dimensión de profundidad está en la misma superficie. Es a partir de los sueños que Freud descubre que existe una “inteligencia inconsciente” y que para llegar a ella no es necesario saber bucear sino escuchar.

El lugar de la interpretación no se separa tanto de la ciencia en su método ya que lejos de ser arbitrario sigue una lógica que llevó luego a Lacan a conceptualizarla como la del significante. El lugar que Freud le otorga al develamiento del sueño muestra de qué manera su descubrimiento cabalga entre la intuición antigua y el rigor lógico del pensamiento científico. El lugar que Freud le otorga al develamiento del sueño muestra de qué manera su descubrimiento cabalga entre la intuición antigua y el rigor lógico del pensamiento científico.

 

Freud no se guía por el sentido aparente del sueño, tampoco por su sin sentido, ya que procede a descomponerlo, tomando a sus elementos y a las asociaciones emergentes no de acuerdo al sentido común sino como jeroglíficos en su calidad de letras. La clave de la interpretación no se halla en el campo del contenido manifiesto sino en el contenido latente cuya captura apunta a las cosas dichas y, a los mismos tiempos silenciadas. “Lo dije sin saber que lo decía” es lo que descubre el soñante cuando –vía transferencia– se revela que no hubo “inyección de sentido” sino que el mismo estaba… allí. Llevado a cabo este trabajo del desciframiento, Freud concluye que el sueño es la realización de un deseo inconsciente. Tal aporte fue tan subversivo como el método de interpretación basado en las asociaciones y en su quebrar la significación convencional. El deseo en Freud no es el anhelo consciente ni sigue las aspiraciones de nuestros ideales, nos divide ya que indica una dimensión otra desconocida. Con el descubrimiento posterior de la pulsión de muerte habrá sueños que constituyen una excepción a este principio, sueños de castigo, sueños que conmemoran una situación traumática mas el sueño como realización de deseo no perderá su estatuto nodular. Si bien el sueño tiene un sentido que es interpretable, hay un límite a la interpretación, Freud arriba a un lugar donde el sentido parece fugarse y lo denomina “ombligo del sueño”. La metáfora es espléndida ya que el ombligo es como el de nuestro cuerpo, sitio que reenvía a lo desconocido, misterio de la vida, del deseo parental y de la sexualidad que nos trajo al mundo. El inconsciente es como una trama de elementos articulados, pero hay sitiales donde ella falta, el ombligo del sueño indica el límite de la representación.

 

Silvia Ons es analista miembro de la Escuela de la Orientación Lacaniana y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis. Escritora.

Nota:

[1]Freud, S, carta a Fliess del 12 de junio de 1900, carta 137

Joan Garriga: “Las constelaciones familiares aún no son explicables con instrumentos que satisfagan nuestra racionalidad”

  • El psicólogo español introdujo a Bert Hellinger en España y hoy es uno de los máximos referentes de constelaciones familiares en el mundo hispanohablante.
  • Acaba de lanzar su nuevo libro, Constelar la vida, donde plasma su visión de las constelaciones familiares y las hace dialogar con la filosofía y la espiritualidad.
  • En su paso por Buenos Aires, conversó con Clarín.

Joan Garriga Bacardí escritor Español
Entrevista
Foto Federico Lopez Claro[/caption]

“No se puede tomar una constelación como si fueran los Reyes Magos que te van a traer el último juguete que a tu ego le apetece”, lanza el psicólogo y gestaltista Joan Garriga, uno de los máximos referentes en constelaciones familiares en español. En su último libro, Constelar la vida (Destino), logra plasmar su gran formación teórica, práctica y espiritual, y hace convivir sin esfuerzo conceptos filosóficos complejos y explicaciones trascendentales de la vida con cuestiones mundanas. En su paso por Buenos Aires, conversó con Clarín.

Licenciado en psicología, en 1986 creó el Instituto Gestalt de Barcelona, donde desarrolla su actividad como terapeuta y formador en constelaciones familiares, coaching sistémico, terapia Gestalt y PNL. Allí invitó en 1999 a Bert Hellinger -teólogo y creador de las constelaciones familiares- a presentar su trabajo sistémico sobre constelaciones familiares. Con el tiempo, él mismo se convirtió en uno de sus principales exponentes.

En los últimos años, ha publicado El buen amor en la pareja (Destino, 2013), La llave de la buena vida (Destino, 2014), Bailando juntos (Destino, 2020) y Decir sí a la vida (Destino, 2021). Y si bien cuenta que le han pedido un “manual” de constelaciones, asegura que no es su estilo: “No es una manera canónica, sino que es una manera más mítica, poética, evocadora, que hace pensar más que dar la información triturada y digerida”.

Eso es lo que hace en este nuevo libro, donde se pregunta por las raíces, las relaciones y el amor, y cómo nos convierten en “lo que realmente somos”. Constelar la vida es una muestra de su atenta, respetuosa -y cautelosa- forma de entender las constelaciones familiares, como una herramienta de autoconocimiento que nos insta a comprender el pasado, crear mejor el presente y auspiciar un buen futuro.

─ Dedicaste el libro a Bert Hellinger, y él está presente a lo largo de todo el libro. Decís que él te cambió la vida, ¿cómo y por qué?

─ Sí, efectivamente, le dedico el libro a Bert Hellinger y lo traigo a colación en el libro de muchas maneras. Y creo que su gran enseñanza ha sido la inclusión, la gramática copulativa del padre y la madre, esto sí y lo otro también; que es distinto de una gramática disyuntiva, que excluye una parte.

Fue importante en mi vida -sobre todo en el sentido profesional- porque, aunque yo llevaba muchos años trabajando como terapeuta, notaba en mi interior el deseo de algo más, alguna comprensión o herramienta nueva. Distintas técnicas me sirvieron un tiempo, pero luego necesité algo más; y las constelaciones me siguen atrayendo y las sigo haciendo con mucho gusto.

A nivel personal, también me han sido muy buenas para reestructurar algunos vectores afectivos respecto al padre, a la madre y para reestructurar algunas compresiones en el ámbito de la pareja también.

─ En Constelar la vida te preguntás por qué son tan importantes los vínculos y las raíces, y explicás que explorar nuestras raíces se convierte en un asunto fundamental en el viaje de la vida. Y reflexionás: ¿de qué manera nos ayudan a convertirnos en lo que realmente somos? También te podría preguntar ¿qué somos? Pero puede ser una respuesta muy larga o muy difícil…

─ En un sentido funcional, somos un relato, una historia, una red de vínculos, una conexión con las raíces y con los vínculos que creamos en nuestra vida. Somos, también, una biografía, una construcción de vida, un forjarse un camino de manera tal que, con suerte, cuando nos vamos de este mundo podamos decir “qué bonito ha sido vivir, y con qué paz y tranquilidad me voy de este mundo, cuántos amores y semillas he dejado sembradas”.

En un sentido más espiritual, no somos un relato ni una biografía: somos esencia, fuego divino. Y a mí me parece que también esto ayuda a interseccionar lo humano y lo divino, la esencia con la persona que nos toca encarnar.

En el trabajo terapéutico y de constelaciones, creo que es especialmente importante un amparo, no sólo en nuestras raíces humanas, sino en nuestra resonancia con lo que es, aunque no tenga forma este ser. Porque ante el precipicio de la existencia, los grandes dramas, las grandes tragedias que a veces suceden en una vida o en las familias, yo creo que se necesita un cierto amparo o reconocimiento de este lugar trascendente o espiritual. Porque si no, a veces el paisaje es excesivamente desolador.

"La vida son unos cuantos diálogos, pero uno muy importante es el diálogo entre vida y muerte", dice Garriga. Foto gentileza Planeta.“La vida son unos cuantos diálogos, pero uno muy importante es el diálogo entre vida y muerte”, dice Garriga. Foto gentileza Planeta.

─ En un capítulo hablás sobre la muerte, la importancia de valorar el presente e integrar también la muerte en la vida.

─ La vida son unos cuantos diálogos, pero uno muy importante es el diálogo entre vida y muerte, entre energía de vida y energía de muerte, entre los vivos y los muertos. Todas las personas albergamos en nuestro corazón el nexo con muertos (los abuelos o padres, hermanos, hijos, parejas, exparejas). Así que una pregunta muy relevante que el trabajo de constelaciones aborda muy directamente es nuestro nexo con los muertos.

Es muy importante que los muertos estén en un buen lugar para que los sintamos como fuerzas benéficas, auspiciosas para nuestra vida y para evitar dinámicas que vemos en el trabajo, como “yo te sigo a la muerte, querida mamá” o movimientos de querer morir o de no sujetarnos bien a la vida porque estamos pegados a personas que ya fallecieron por un instinto mamífero de pertenencia y de contacto. Así que hay que dejar a los muertos en la muerte y a los vivos en la vida, y el puente entre vivos y muertos es el amor.

La mayoría de personas con suerte somos bendecidas por la sonrisa de los que nos precedieron y ya se fueron y se alegran de que nos vaya bien. Y aunque esto suene poesía, los que ya murieron siguen presentes en nosotros, en forma de potencias, de aprendizajes, de todo lo que transmitieron. Así que una actitud agradecida con los que ya estuvieron, nos permite honrarlos y que nuestro camino hacia la vida sea más ligero.

"Es muy importante que los muertos estén en un buen lugar para que los sintamos como fuerzas benéficas, auspiciosas para nuestra vida", dice el psicólogo. Foto Federico Lopez Claro.“Es muy importante que los muertos estén en un buen lugar para que los sintamos como fuerzas benéficas, auspiciosas para nuestra vida”, dice el psicólogo. Foto Federico Lopez Claro.

─ En relación con la influencia de los ancestros en nuestra vida, ¿en qué medida estamos condicionados por nuestro árbol familiar? ¿Qué papel cumple la epigenética y los factores ambientales? ¿Y cómo es ese vínculo entre el pasado y nuestro presente?

─ Estamos condicionados de una manera tan simple y evidente como que no podemos elegir el cuerpo que tenemos. Esto es una obviedad. Y luego, cuando miramos muchas de las cosas que hacemos en la vida, nos damos cuenta también de que están envueltas en ropajes que guardan relación con cosas anteriores de nuestro sistema familiar.

Creo que, a través de la integración, hay que lograr desconectarse de las cargas; todo sistema familiar transmite infinidad de potencias, y esto forma parte de nuestro equipaje genético y epigenético: todo lo que aprendieron nuestros anteriores está con nosotros, y hay algunos aprendizajes que a ellos les sirvieron.

Por ejemplo, imagínate una situación de alto estrés en la familia por una situación de guerra o violencia, y la familia reacciona con paranoia y temor. Luego uno puede heredar también esta vivencia de paranoia y temor y teñir aspectos de su vida con esta desconfianza, hasta que comprende que, en realidad, esto fue un aprendizaje útil para los abuelos, padres o bisabuelos, pero ya no es útil para la vida actual. Por lo cual, sí conviene desprenderse de aprendizajes que fueron útiles en su momento, pero que hoy en día son cargas y limitaciones.

Me parece válida esta expresión que dice que “sin raíces no hay alas”, o lo que el mismo Nietzsche decía, que el árbol que puede elevarse muy alto hacia el cielo es porque hunde sus raíces fuertemente hacia la tierra.

Alejandro Jodorowsky titula uno de sus libros Donde mejor canta un pájaro… es en su árbol genealógico. Hay que evitar que desafine en algunos aspectos, porque también heredamos traumas -que en su momento fueron aprendizajes de vida en situaciones difíciles-. Luego constantemente estamos aprendiendo, y también actúa lo epigenético, ya que la vida nos ofrece mil oportunidades para seguir haciendo acopio de talentos, recursos y aprendizajes que luego le daremos a nuestros hijos y posteriores. Pero no podemos amputar nuestros pies, no podemos amputar nuestra historia personal y familiar: hay que integrarla.

A veces pongo el ejemplo de un supuesto hijo de Hitler: imagínate cómo sería para un hijo de Hitler integrar sus raíces, es un reto casi sobrehumano, pero tendría que llegar a un lugar de decir “papá, tú, tu vida y yo, la mía. Tú, tus muertos y crueldades y yo me hago libre de todo esto”. Pero seguramente el hijo sentiría una losa pesada en su cuerpo porque también se siente legatario de esta tragedia enorme que su padre ocasionó.

"Si a mí me preguntan ¿crees en las constelaciones familiares? Ni creo ni no creo, las experimento", ejemplifica Joan Garriga. Foto gentileza Planeta.“Si a mí me preguntan ¿crees en las constelaciones familiares? Ni creo ni no creo, las experimento”, ejemplifica Joan Garriga. Foto gentileza Planeta.

─ Asegurás que en las constelaciones familiares “no es necesario creer en nada, ni siquiera en los psicólogos; la clave es experimentar a nivel sensitivo, emocional y visual”. ¿Cómo es la sinergia que hacés de estas dos disciplinas y por qué decís que la magia de las constelaciones familiares puede explicarse con la teoría de las neuronas espejo?

─ Yo creo poco en abogados, pero a veces los necesito para redactar un contrato… Uno no va al psicólogo porque “cree” en los psicólogos, va porque tiene un dolor, un problema o algo que necesita resolver. He conocido mucha gente que no creía en psicólogos hasta que le dio una problemática y necesitó buscar ayuda.

Si a mí me preguntan ¿crees en las constelaciones familiares? Ni creo ni no creo, las experimento. Es más importante la experiencia que la creencia. Entonces, es cierto que las constelaciones familiares tienen un elemento que no es explicable todavía hoy en día con instrumentos que satisfagan nuestra racionalidad.

Es inexplicable por qué los representantes experimentan vivencias, tramas y sensaciones de los representados. Y esto no es una especulación: yo he visto representantes que tienen sintomatología o gestos físicos que reproducen fidedignamente gestos y síntomas de los representados. ¿Por qué esto ocurre? No lo sabemos.

Entonces especulamos con algunas teorías. Los campos morfogenéticos de Rupert Sheldrake, la teoría de las pequeñas partículas de la física cuántica… También las neuronas espejo nos hacen entrar en un universo de comprensión de las otras personas… Aunque todo esto es pura especulación. No creo que intervengan tanto las neuronas espejo en explicar el fenómeno que sucede en constelaciones.

Mi propia idea es que la información está en todas partes. De pequeños aprendemos a reprimir nuestro estado perceptivo -que es muy importante reprimirlo, porque si no viviríamos en un universo psicótico-, pero en contextos terapéuticos sí conviene ampliar la percepción para poder enfrentar las cosas que no quedaron resueltas.

Pero, como digo en el libro, mi fantasía es que dentro de doscientos años me levante de mi tumba, echo una ojeada y a lo mejor aprendo cómo han explicado este fenómeno. Pero como siempre digo: no es necesario comprender las cosas para que funcionen.

Joan Garriga, psicoterapeuta español, cofundador del Institut Gestalt de Barcelona. Foto: La Vanguardia.Joan Garriga, psicoterapeuta español, cofundador del Institut Gestalt de Barcelona. Foto: La Vanguardia.

─ Mi próxima pregunta tiene que ver con esto que decís de “despertarte en el futuro”: ¿cómo ves el futuro de las constelaciones familiares y su integración en la terapia moderna? ¿Cuál es tu visión sobre su impacto transformador en la sociedad actual?

─ Es que las constelaciones familiares vienen de abordajes terapéuticos. Virginia Satir -que es la abuela de las constelaciones y creó la escultura familiar- fue una gran terapeuta familiar. Luego otros autores crearon las coreografías familiares. Entonces, el marco natural al que pertenecen las constelaciones es el marco del conocimiento psicológico y de los abordajes de intervención terapéutica, sistémicos y familiares.

Entonces lo que yo veo es que seguirá siendo una herramienta que se usará, no solo en el ámbito clínico de trastornos psicológicos, sino también en el ámbito educativo, de la salud, de las empresas, de la justicia. Incluso me atrevería a decir que en algún momento en el ámbito político, especialmente cuando caiga en suerte algún político que no tenga tantas tendencias narcisistas o psicopáticas.

Pero es una herramienta que nos permite pensar asuntos muy complejos de una manera bastante sencilla y nos permite en poco tiempo vislumbrar y tener compresiones que pueden generar semillas para impulsar movimientos de acción y de transformación.

También veo las constelaciones perfectamente integradas dentro de procesos terapéuticos y de transformación personal, social o empresarial. No lo veo como una herramienta única que compite con otras herramientas, sino que está en integración con otras.

─ Esto me lleva a aquello que decís que “constelar no siempre es lo más importante en un taller de constelaciones”, sino trabajar en uno mismo a través de la constelación.

─ Se ha creado un caldo de una atmósfera en el ámbito de las constelaciones, donde están investidas de una aureola mágica, casi oracular o sacerdotal. Esto infantiliza mucho a los consultantes, en el sentido de que quieren depositar la guía de sus asuntos en una metodología. Y a mí esto no me parece que sea adecuado. Con suerte una constelación estimula un proceso donde la persona se pone más a trabajar consigo misma o más conectada con sus movimientos internos.

Pero yo personalmente jamás delegaría en una constelación una decisión sobre mi vida. Puedo hacer una constelación y, con lo que aprendo de la constelación, luego integro lo que sea necesario y decido lo que me conviene. Pero no se puede tomar una constelación como si fueran los Reyes Magos que te van a traer el último juguete que a tu ego le apetece.

─ Como cuando hacés referencia a una experiencia de mala praxis, en donde mencionás a una persona que asegura “mi papá no es mi papá, me lo dijo un constelador”.

─ Claro, esto a mí me parece mala praxis, porque yo creo que el terapeuta en constelaciones -al igual que en muchos otros métodos terapéuticos- tiene que ir un paso por detrás, y no un paso por delante. Tiene que reprimir sus deseos de ser una autoridad o de ejercer un saber. Yo creo que el terapeuta trabaja con mucha más eficacia desde la humildad.

"Los secretos son paradójicos: tienen la misión de proteger, pero crean más daño del que pretenden evitar". Foto Federico Lopez Claro.“Los secretos son paradójicos: tienen la misión de proteger, pero crean más daño del que pretenden evitar”. Foto Federico Lopez Claro.

─ Me gustaría preguntarte por el rol de los secretos de los secretos familiares en los sistemas, ¿cómo integrar sin conocer algo que ha ocurrido?

─ Los secretos son paradójicos: tienen la misión de proteger, pero crean más daño del que pretenden evitar. Yo creo que hay una ley que rige -nos guste o no- y es que la realidad tiene derecho a ser exactamente de la manera que ha sido. Entonces, los secretos en realidad son pretensiones de la mente, porque el cuerpo desconoce los secretos, sino que vive en la realidad.

Entonces, una criatura es adoptada y no se le ha dicho, pero en algún lugar muy profundo esto se sabe, aunque la persona no sabe que lo sabe. Entonces, si de mí dependiera, trataría de que se ventilaran todas las habitaciones de la propia casa personal y de la propia casa familiar. Y en algunas habitaciones encontraríamos vergüenzas, secretos sexuales, confusiones de paternidad o de maternidad. Encontraríamos también vergüenza sobre identidades sexuales o comportamientos sexuales, culpas sobre cosas que se hicieron… Y, claro, la persona trata de protegerse a sí mismo o al sistema de sus propias conductas.

No digo que haya que hacer una proclamación pública de estas cosas, pero mi idea es que es más fácil integrar lo que es visible que lo que se trata de esconder. Y lo que se trata de esconder al final genera mucha inquietud y es una inquietud que es palpable a veces en la atmósfera. Pero como no se sabe, es más difícil de encarar.

Así que si de mí dependiera, trataría de que no hubiera secretos, porque también podríamos decirnos -en términos más existenciales o filosóficos- ¿qué hay de la realidad que no merezca ser de la manera que ha sido? ¿Por qué hay que esconder las cosas?

El juego de los secretos empieza con uno mismo. Han pasado cosas en nuestra historia que las metemos en una habitación y cerramos la llave, y son incluso secretos para nosotros mismos, pero no para nuestro cuerpo. A veces el secreto cumple una función de protección, pero acaba creando una realidad de prisión y de desconexión con uno mismo.

"El juego de los secretos empieza con uno mismo", lanza. Foto gentileza Planeta.“El juego de los secretos empieza con uno mismo”, lanza. Foto gentileza Planeta.

─ Tu libro -así como los anteriores- está plagado de referencias a espiritualidad oriental (desde tus menciones al dios Krishna, al taoismo, a la meditación zen, etc.). ¿Cómo fue tu descubrimiento y recorrido personal en relación a este tema y cómo hacer convivir estas disciplinas? Si bien la espiritualidad está en los orígenes mismos de las constelaciones, ¿es de alguna manera el vínculo con la espiritualidad tu sello o aporte a esta disciplina?

─ En mi propio camino he ido experimentando la importancia de integrar terapia y espiritualidad (en realidad, la espiritualidad podría ser entendida como una forma de terapia). El mismo Buda -que se le llamó el médico supremo- traza unas ideas que son de una penetración psicológica impresionante, y agrega lo que podríamos decir no sólo manipular el yo, sino entender que más allá del yo, hay una esencia en cada persona. Y justamente esto que estoy expresando de forma sencilla, lo establecen la mayoría de tradiciones orientales de espiritualidad, y también muchas tradiciones occidentales.

El mismo misticismo dentro del cristianismo va en la misma dirección. Es lo que se llama filosofía perenne, de la que hablan muchos abordajes, pero con distintas palabras. Y en el libro también le doy la palabra a algunos filósofos como Nietzsche, que aunque era declaradamente anti crístico, dice cosas que son de una trascendencia espiritual que podría suscribir mucha gente que está muy avanzada en el camino espiritual.

Así que Oriente, Occidente… Son todos dedos que apuntan a un lugar interior en el que podemos descansar frente a la voluble fortuna, a los vaivenes cambiantes del camino de la vida. Porque si nos inclinamos demasiado a la derecha o a la izquierda creyendo que vamos a naufragar… Pues son inclinaciones del camino, pero el eje queda intacto, con independencia de lo que suceda.

Por qué hay tantos suicidios en Uruguay

Uruguay es rico, estable e igualitario. Según las clasificaciones internacionales, es el país más feliz de Sudamérica. Sin embargo, su tasa de suicidios -número anual de suicidios por cada 100.000 habitantes- es más del doble de la media de América Latina y el Caribe. El año pasado, en este país de 3,4 millones de habitantes, 823 personas se suicidaron, la cifra más alta registrada y un aumento de casi el 50% desde 2010. ¿Por qué?

A primera vista, esta situación es desconcertante. El desempleo está solo ligeramente por encima de la media regional y ha descendido desde 2020. La delincuencia violenta, que puede estar relacionada con los suicidios, ha aumentado mucho en los últimos años. Pero sigue siendo menos frecuente que en muchos estados vecinos, y el suicidio ya era inusualmente frecuente antes de que aumentara la tasa de homicidios.

 

Sin embargo, si se profundiza un poco más, Uruguay empieza a parecerse a un ejemplo extremo de un patrón conocido. En todo el mundo, las personas con mayores factores de riesgo de suicidio son los hombres mayores que viven en zonas rurales. Este grupo se encuentra especialmente bajo presión en Uruguay. El país tiene una de las poblaciones más envejecidas de Latinoamérica, con un 15% de sus habitantes de 65 años o más. Los jóvenes dedican mucho menos tiempo al cuidado de familiares mayores que en otros lugares de la región, afirma Ana Machado, de la Universidad de la República en Montevideo, la capital. Muchas personas mayores sufren soledad. El acceso a los cuidados paliativos también puede ser desigual.

Además, los tabúes culturales hacen que los uruguayos se muestren reacios a hablar de salud mental. De los hombres, en particular, se espera que sean estoicos. Representan casi el 80% de los suicidios del país, con un riesgo desproporcionado para los mayores de 60 años. La tasa de suicidio de los hombres uruguayos triplica la media regional.

Todo ello ha resultado fatal en un contexto de despoblación rural. La tasa de suicidios en Montevideo era de 18 por 100.000 habitantes el año pasado. Pero subió a 38 por 100.000 habitantes en Treinta y Tres, 36 en Lavalleja y 34 en Soriano. Los tres son remansos agrarios cuya población rural se ha reducido a la mitad en las últimas tres décadas. El Gobierno quiere distribuir antidepresivos gratuitos a través del sistema público de salud. Pero las pastillas por sí solas no bastan cuando las propias provincias se están muriendo.

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Los "nuevos filósofos" y Lacan ( un triunfo de la derecha mundial)

 

 

 

Al llegar en el 76 a España me encontré una operación editorial de gran calado.

Cuando aún Francia seguía manteniendo su peso intelectual, un grupo de exmaoistas encabezados por Bernard Levy abdicaban de su supuesto marxismo anterior y organizaban un nuevo campo de sentido.

 

Via Solzhetnizyn y su testimonio acerca de los horrores del Gulag decretaban la muerte del marxismo . O mejor dicho, establecían una conexión directa entre Marx y los campos. El 68 quedaba cuestionado en su raíz marxista y la “barbarie” formaba parte de un modo estructural del programa de la izquierda. Para los nuevos filósofos Marx, Lenin, Trosky etc encarnaban un oscurantismo contemporáneo que había que atravesar. Lo curioso es que para esta nueva derecha intelectual Lacan era “el que había dicho la verdad”. Lacan constituía la palanca transformadora que permitía el pasaje de una izquierda asesina hacia un liberalismo progresista y luego posmoderno. Los lacanianos no se tomaron en serio está operación o se incorporaron sin más a la misma.

 

Lo cierto es que está operación tuvo, en sus distintas escalas, representantes en todas partes del occidente cultural. Y actualmente conserva su plena vigencia, ha triunfado ostensiblemente cuando vemos que los análisis que se presentan de la realidad mundial eluden siempre la premisa marxista de pensar la realidad desde las condiciones actuales del capitalismo.

Para aquellos nuevos filósofos fue una gran ventaja que las respuestas de los marxistas clásicos de los partidos de izquierda fueron débiles, negacionistas y atadas a la metafísica del Gulag.

Lo que quedó borrado en esta operación fue el núcleo emancipatorio de Marx y las posibilidades que se abrían en Lacan de pensar las irrupciones igualitarias, que aún teniendo una breve duración, encontraron un lugar en la Revolución.

 

La Revolución quedó cancelada y se prohibió volver a ser pensada.

Por esto es que no dejamos de ver desde el 76, desde antes de la caída del Muro, las distintas nuevas versiones de aquellos nuevos filósofos, en cierta medida triunfantes, determinantes en la batalla cultural con respecto a los marxismos que aún no dimiten frente a la dimensión emancipadora renovada ahora en su condición democrática, nacional y popular.

"No nos mantenemos en las nubes de la teoría"

El psiquiatra y psicoanalista español José María Alvarez visita la Argentina
El especialista presentará el “Vocabulario de Psicopatología”, una obra de dos tomos con más de ochenta entradas. “No se estudia lo que un autor u otro dice sobre determinado tema sino que se estudia el tema en general”, explica Alvarez. 
Oscar Ranzani
Por Oscar Ranzani
 

El prestigioso psiquiatra y psicoanalista español José María Alvarez considera que los vocabularios son portadores de tendencias e ideologías. En el Vocabulario de Psicopatología (Xoroi Edicions), una voluminosa obra de dos tomos con más de ochenta entradas, Alvarez aborda la opinión de un grupo de especialistas en Psicología Clínica, Psiquiatría y Psicoanálisis de España y de otros países que tienen una característica en común: la mayoría trabaja en instituciones sanitarias, se ocupan de la atención en Salud Mental y tienen una orientación psicoanalítica. “Algo que en Argentina es muy frecuente pero que en Europa es muy inusual: que la gente que trabaja en Sanidad Pública tenga una orientación psicoanalítica y que trabaje con psicóticos es muy inusual”, comenta Alvarez en diálogo con Página/12, que viajó a Buenos Aires a presentar el Vocabulario de Psicopatología y para dar una serie de charlas (ver recuadro).

 
 

Oriundo de la ciudad de Valladolid, Álvarez es también doctor en Psicología por la Universidad Autónoma de Barcelona y especialista en Psicología Clínica en el Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid, Alvarez explica la nueva obra que dirigió: “Hemos querido hacer un Vocabulario para rever, en muchos casos, algunos conceptos de uso cotidiano que en estos momentos me parecía que era necesario redefinir para volver a la clínica, a la experiencia de todos los días, para darles una definición y, en todo caso, después ajustar las teorías, pero no mantenernos en las nubes de las teoría sin tocar con la realidad los pies de la clínica”, comenta.

–¿Usted entiende a la psicopatología como una indagación permanente sobre la condición humana?

–Sí, así es, sobre la condición humana y sobre su pathos, sobre su patología, sobre sus sufrimientos, sobre sus excesos, sus pasiones, sus voces extraordinarias, etcétera. Entonces, la psicopatología no es nada más que el estudio del sujeto en su vertiente más patológica. Y todo eso tiene una metodología, unas formas de estudio y tiene unos resultados. El resultado más conocido es lo que se llama vulgarmente las “enfermedades mentales” o los “trastornos mentales” o las estructuras clínicas o los tipos clínicos. Es, en definitiva, conocer al sujeto cuando no funciona armónicamente, sino muy disarmónicamente o cuando está desbordado, y su desborde cuaja o se manifiesta en determinado tipo de manifestaciones que nosotros hemos ido organizando a lo largo de los últimos siglos de distintas maneras: en categorías, a veces en dimensiones, etcétera. Esto es algo que va cambiando con el tiempo y cuando un modelo se gasta se echa mano de otro. Es un estudio sobre el sufrimiento, sobre la parte más desbordante de la subjetividad.

 

–¿Por qué a veces es preciso hablar de psicología patológica y no de psicopatología?

–Yo lo uso indistintamente. Y lo hago, además, a propósito. En general, el término clásico que se usa desde principios del siglo XX es “psicopatología”. También se usó en aquella época “psicología patológica”. Para mí viene a ser lo mismo. El estudio de la psicología patológica o de la psicopatología tiene que ver con el estudio de lo que nos desborda como sujetos, pero al mismo tiempo, eso que nos desborda como sujetos tiene que estar articulado a una psicología general. Lo voy a decir de una manera muy sencilla: cuando Freud escribe La interpretación de los sueños establece un sistema de psicología. Y ese sistema de psicología que explica cómo funciona un sujeto corriente, por ejemplo, cuando sueña, sobre ese sistema de psicología se monta la psicología patológica. Ese mismo sujeto cuando se alborota, cuando se altera, cuando enloquece, ¿cómo funciona? Entonces, ahí tiene que haber una continuidad en la explicación. No puede haber un salto. En general, la psicopatología más de corte biomédico explica muy bien, en algunos casos, la patología, pero no sabe explicar la psicología que hay debajo. Puede explicar que una alucinación es una percepción sin objeto y que hay unos cuantos tipos de alucinaciones, pero si le preguntas qué es una percepción, ahí ya no saben qué responder. Entonces, una psicopatología bien hecha –como, por ejemplo, la de Freud–, es la que articula la psicología general con la psicología patológica. Por eso yo uso el término “psicología patológica”.

 

–¿Por qué usted entiende que la psicopatología del Vocabulario se asienta en los quince pilares que describe?

–Es una metodología que vengo usando desde hace tres décadas. Entonces, cuando pensé en este Vocabulario, pensé que la metodología que debería organizar la orientación general debería ser esa. Tiene algunas características, a diferencia de otros diccionarios o vocabularios. En primer lugar, se estudian temas. No se estudia lo que un autor u otro dice sobre tal tema sino que se estudia el tema en general. Tiene también una característica: se suma la clínica clásica, la psicopatología clásica, la de los grandes pensadores de la psicopatología (los alemanes, los franceses, etc) con la portación psicoanalítica. Las dos cosas están perfectamente articuladas. Y desde el punto de vista metodológico, la psicopatología se iluminaría con tres lámparas. Una es la clínica; es decir, las preguntas más simples que nosotros nos hacemos con respecto a un sujeto al que estamos tratando de entender: qué le pasa, cómo le pasa, cuándo le pasa, por qué le pasa, para qué le sirve lo que le pasa. Preguntas muy simples, cuyas pesquisas no hay que perder porque los podemos alborotar haciendo grandes especulaciones, pero la base de la clínica son esas preguntas.

 

–¿La segunda lámpara?

–Otra lámpara proviene del estudio de la historia de la clínica porque en el campo nuestro la historia nos aporta un conocimiento muy luminoso para el presente en tanto y en cuanto muchas de las cosas que nosotros nos preguntamos ahora ya se las han preguntado hace cincuenta años, cien años, doscientos años en un contexto, a veces, muy parecido y, a veces, distintos. Y les han dado respuestas. Y nosotros tenemos que conocer cómo determinados autores que verdaderamente eran preclaros en algunas cuestiones trataron de solucionar eso que nosotros hoy mismo nos estamos planteando.

–¿Y el otro elemento?

–Es de índole más metodológico, más de pensamiento, lo llamo “la lámpara epistemológica”: cómo se ha construido este saber siempre en movimiento, siempre preliminar de la psicopatología, cómo se han inventado las teorías para explicar un real siempre en fuga, algo que se nos escapa; cómo se ha tratado de explicar todo eso, qué forzamientos se ha incurrido desde el punto de vista teórico, cómo se han solapado determinadas realidades, cómo se han enfatizado otras a despecho de no ver ciertas cosas evidentes. Todo este tipo de cosas nos enseñan mucho porque nuestra pequeña ciencia es histórica, reflexiva, es más bien enseñar a pensar en el pathos más que dar una solución sobre lo que es o lo que deja de ser.

La agenda

Cronograma de actividades académicas de José María Álvarez en Buenos Aires:

* Sábado 4 de noviembre a las 10.30. Presentación del libro Vocabulario de Psicopatología, en Proyecto Suma, Güemes 4130.

* Lunes 6 de noviembre a las 19. Conferencia de José María Álvarez “El diagnóstico y sus buenos usos”, en el Centro Cultural de La Ciencia, Godoy Cruz 2270, con la presencia del ministro De Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus.

* Martes 7 de noviembre a las 12: Conferencia “¿Estamos todos Locos?’”. En Hospital General De Agudos Torcuato De Alvear. (Hospital De Urgencias Psiquiátricas), Warnes 2630.

* Miércoles 8 de noviembre a las 14. Clase magistral en La Universidad De Belgrano, Zabala 1837.

* Jueves 9 a las 8. Supervisión para residentes y concurrentes de Psiquiatría y Psicología de la ciudad de Buenos Aires. Se realizará en Salón de Actos del Hospital Rivadavia, Av. La Heras 2670. A las 12.30: Supervisión clínica para equipo de Consultorio Externo y Hospital De Día de Proyecto Suma, Güemes 4130. 

Alcoholismo y literatura: el recorrido de autores que lidiaron con problemas de consumo

En algunos casos este consumo los volvió “encantadores” como a Charles Bukowski, Jack London o Marguerite Duras, y a otros, los envolvió en historias teñidas de peligro y tragedia como Burroughs que asesinó a la esposa jugando a ser Guillermo Tell o John Cheever, quien compartió escritos apenado sobre su adicción.

Charles Bukowski.

Por Leila Torres

Son muchas las plumas literarias que estuvieron embebidas en alcohol y en algunos casos este consumo los volvió “encantadores” como a Charles BukowskiJack London o Marguerite Duras, y a otros, los envolvió en historias teñidas de peligro y tragedia como Burroughs que asesinó a la esposa jugando a ser Guillermo Tell o John Cheever, quien compartió escritos apenado sobre su adicción.

Los casos que se multiplican en la literatura demuestran cómo la carta de consumo problemático de alcohol tiene tantos matices como tipos de bebidas pero todos forman parte de vínculo que se presta para analizar.

Seis de los premios Nobel de Literatura eran grandes consumidores de alcohol: Hemingway, Sinclair Lewis, Faulkner, Eugene O’Neill, Steinbeck y el reciente galardonado, el noruego Jon Fosse. “Escribir es como rezar”, dijo alguna vez el último Nobel, quien durante años estuvo cerca de los cuáqueros y ahora es un converso católico no ortodoxo que va a misa. “Antes me consolaba el alcohol; ahora la literatura y las misas”, confesó en otra oportunidad.

Los escritores beben mucho -explicó alguna vez el francés Michel Houllebecq- porque escribir es un trabajo de fuerza. El abanico de casos es amplio. Desde Samuel Beckett, que era un apasionado por el whisky a Graham Greene que escribía con un daikiri en la mano. Jack London, escritor de clásicos de aventuras como “Colmillo blanco” o “El llamado de lo salvaje”, escribió una novela autobiográfica sobre el tema titulada “Memorias alcohólicas”.

Cruzando el charco, los rioplatenses Juan Onetti y Pablo Ramos también transitaron la creación literaria bajo los efectos de la bebida. Hace unos años, se publicaron en forma póstuma los Diarios de Castillo. “Mi experiencia personal del alcoholismo pertenece al mito, a la leyenda negra del escritor y, en más de un sentido, mal o bien pertenece a la literatura”. Este pasaje, que tiene por título “Días con huella” -en clara oposición al libro de Jackson-, pone de manifiesto la lucha que mantuvo durante toda su vida.

También María Moreno en su libro “Black out” se refiere al alcoholismo. “El alcohol es una patria“, declara Moreno: “por eso nunca se la pierde. Sólo se puede estar exiliado de ella”. Con esta patria tan arraigada, el libro es un libro sobre el duelo porque los amigos con los que la escritora se sentaba a beber; ya no están.

Mientras Alfredo Bryce Echenique se enorgulleció de declararse “el escritor más borracho del mundo”, Oscar Wilde escribió: “¿Cuál es la diferencia entre un vaso de absenta y el ocaso?“, escritor que junto a surrealistas franceses se embriagaron hasta perderse en las palabras.

Sofia Balbuena, escritora argentina, cuenta en “Doce pasos hacia mí”, publicado por la editorial Vinilo, cómo su alcoholismo se entrelazó con la literatura. “Se podría pensar el acto de escribir como una intoxicación y a la abstinencia como un bloqueo, pero también podríamos pensarlo al revés y encontraríamos maneras de justificarlo. No me gusta la idea de romantizar los consumos, de disfrazarlos, atribuirles propiedades místicas o curativas. Por muchas razones pero sobre todo porque no necesariamente las tienen”, contó Balbuena en una entrevista a Télam.

Años antes, el escritor y editor Mauro Libertella, escribió “Mi libro enterrado“, un libro donde retrató el alcoholismo de su padre, Héctor Libertella, una figura importante en la literatura argentina: “Yo tendría doce, trece años, cuando empecé a inferir la inclinación de mi papá por el alcohol. Lo veía siempre con un vaso en la mano y una botella cerca, pero entre la inocencia natural de la edad y su propensión a invisibilizar el vicio, la recurrencia no cobró mayor peso”, cuenta en esas páginas.


Borrachos: “cultos, y aún más que cultos”

Carlos Janin, escritor español, publicó recientemente el libro “Excelentisimos borrachos” donde realiza un recorrido biográfico por distintas figuras de la cultura que se han dedicado a la bebida y distintos tipos de alcohol como absenta, aguardiente o anís. Pero la obra no es un mero diccionario de alcohólicos, también hay entradas sobre aquellas personas que deciden mantenerse sobrias. “Hay muchísimos bebedores, tanto en mi diccionario como en la realidad, que no padecen en absoluto de ese mal y que disfrutan de la bebida como de cualquier otro placer”, asegura Janin quien antes publicó otro diccionario: “Diccionario del suicidio”.

“Borrachos hay muchísimos y siempre los ha habido. Pero tienen que ser cultos, y aún más que cultos, figuras de la cultura, para que nos acordemos de ellos, los tomemos en consideración y puedan figurar en libros como este mío, que si los llama “Excelentísimos” no es por su excelencia en el arte del beber, sino en otros dominios artísticos, literarios, históricos o cualquier otro”, dice Janin en una entrevista a Télam.

¿Cómo es ser tener un consumo problemático de alcohol y dedicarse al oficio de la escritura?¿Por qué se mira con otros ojos a las personas obreras que se emborrachan? “No cabe duda de que aquí, como en otros muchos campos, hay cierto clasismo latente y que se mira con mucha mayor complacencia a un gran escritor que bebe un poco más de la cuenta que a un obrero de la construcción que hace exactamente lo mismo”, responde Janin.

En esa línea, considera que “el prestigio social obtenido por la fama en algún campo exime de la culpa. Dentro de los ilustres bebedores, hay músicos y pintores, pero la literatura es un campo privilegiado porque en él se puede plasmar y se plasma, con rasgos de dramatismo, de humor, o de fantasía las relaciones entre el autor y su afición, su vicio o su adicción”. Entonces Janin distingue a la pintura o al cine de la literatura: “Aunque puedan ofrecer imágenes elocuentes, no nos proporcionan el testimonio más directo en primera persona, el relato o la descripción autobiográficos mucho más vívidos que cualquier otro”.


Casi un atributo del artista

Parece estar instalado en el mito popular que el alcohol estimula la creatividad, que ayuda a distender. Sin embargo, hay experiencias de autores que diagnostican lo contrario. John Cheever, enorme escritor de relatos breves, era brutal en sus escritos en los que demostraba el dolor y el disgusto que sentía por él mismo. Para sobrellevarlo, se ahogaba. Aunque en 1975 atravesó satisfactoriamente un proceso de rehabilitación y dejó de beber, no abandonó el vicio por el cigarrillo y murió de cáncer de pulmón en 1982.

“Hay de todo en la viña del Señor, depende de la experiencia de cada uno. Pero también es cierto que hay muchos a prioris de modas, poses y leyendas favorables a la percepción positiva del alcohol. Puede ser una exigencia social, una forma de esnobismo, casi un atributo del artista”, reflexiona el escritor.

Otros autores como Friedrich Nietzsche estaban situados en la vereda opositora. “Entre los abstemios amargados e intolerantes, críticos acerbos del alcohol y sus seguidores, destacan Nietzsche y Céline”, cuenta Janin en el libro. “¡Qué contradictorio el amigo Nietzsche, tan dionisiaco él y tan abstemio! Mucho loco ha habido en la literatura, empezando por él y siguiendo por Hölderlin, Nerval, Robert Walser y tantos otros, que, sin necesidad de embriagarse con alcohol, ya tenían otras vías de escape para acceder a zonas inexploradas y experiencias de éxtasis”, detalla el escritor español y precisa: “El ensayo del poeta Adam Zagajewski, en defensa del fervor, ilustra muy bien esta aspiración. La mística y la droga pueden llevar a vivencias muy parecidas. La diferencia es que la primera es menos nociva para la salud y es menos cara“.

Desde las más antiguas mitologías, el vino se ha asociado a Eros, el dios griego que simboliza el deseo y es responsable de la atracción, el amor y el sexo. ¿Qué efectos tiene en la literatura el hecho de que para algunos autores y autoras el deseo esté asociado a la bebida? “No cabe ninguna duda de que el primero produce un grado de desinhibición que acorta distancias y quema etapas. Son placeres complementarios por lo que tienen de irracional, de irresponsable, de placentera locura”, concluye el escritor español.

Télam.

La salud mental debe ser considerada como cualquier otra patología

El nuevo abordaje trata de evitar la estigmatización de quienes padecen estas problemáticas.

Desde el Ministerio de Salud de Catamarca, mediante la Secretaría de Salud Mental, diagramaron distintas actividades para conmemorar y generar conciencia por el Día de la Salud Mental que se recordó ayer. Una de las psicólogas del área, hizo hincapié en que este tipo de problemáticas debieran ser abordadas en los centros de salud públicos de la provincia como si se tratara de cualquier otra patología, a la vez que dio cuenta de la necesidad de aplicar la nueva Ley de salud Mental.

Carolina Álvarez, comentó en diálogo con Catamarca/12 que “en Catamarca estamos haciendo esfuerzos para implementar la nueva Ley como organismo, pero es un paradigma que hay que deconstruirlo y volverlo a reconstruir desde un abordaje integral de las personas, especialmente, las que necesitan atenciones inmediatas. Realmente, este sistema tutelar que se viene aplicando, que también es psiquiatrizante, farmacológico, y que se basa en curar todo con pastillas e internaciones prolongadas, sin hacer revisiones de diagnósticos; son paradigmas que no están funcionando y solo producen la cronicidad de las internaciones de usuarios y usuarias, lo que los desvincula en absoluto de la sociedad, cuando, en realidad, estas personas deberían poder reinsertarse en la comunidad”.

La profesional indicó que existen distintos tipos de padecimiento mental, pero es importante que se cree una accesibilidad al sistema de Salud Público, de forma que “cualquier persona pueda consultar en cualquier centro de salud cercano a su domicilio sin tener que trasladarse a centros urbanos”, para lo que se tratan de hacer equipos de salud integral, de psicólogo y conectar a psiquiatras para trabajar de manera conjunta para formar una red de apoyo.

En este sentido, la psicóloga indicó que los padecimientos mentales se ubican como sufrimientos psíquicos, que pueden ser etapas de la vida de la persona o situaciones de padecimiento prolongado. “Lo que se trata de hacer es no discapacitar a las personas, no quitarle su autonomía y revisar su diagnóstico permanentemente, de forma de no desvincularlo de su medio social y producir un ‘hospitalismo’”.

“La salud mental debería ser considerada como cualquier otra patología que tenga la persona, es decir, que no se estigmatice la situación de la persona”, dijo, a la vez que señaló que es necesario leer cada una de estos escenarios de forma integral.

“En realidad, la salud mental es la integridad de la persona, es cómo se mueve en sus ambientes, las relaciones que tiene con sus vínculos, los sufrimientos que trae. Ahora, la pandemia y pospandemia, han tenido ecos en la salud mental de las personas”, consideró.

“Miedos, fobias y ataques de pánico, que son los trastornos de ansiedad, son reacciones que son esperables en una situación tan especial como fue la pandemia. También hay que tener en cuenta que esta normalidad de hoy es diferente a la que había antes de la pandemia”, señaló al tiempo que consideró que, especialmente, en el caso de las infancias, se dejan de lado muchos de estos síntomas y se trata de hacer de cuenta que nada sucedió, cuando la realidad es otra.

“Ahora en la escuela los lleva a mil y se les exige, pero en la familia pasaron muchas cosas que afectaron su salud mental, como pérdidas de personas con sus respectivos duelos, la pérdida de trabajo de los padres, el encierro y cuestiones que afectaron la calidad de vida de los niños, niñas y adolescentes”.

Actividades
Para llevar conciencia a la población, el equipo de salud se encuentra en la organización de una Plaza abierta por el día Mundial de la Salud Mental, que se llevará a cabo el viernes 14 de octubre en la Plaza 25 de Agosto de 9.30 a 12.30 horas bajo el nombre “La Salud mental es cosa de todas y todos”. Este espacio abierto a la comunidad es “para visibilizar la importancia del sostenimiento de los lazos sociales comunitarios y la accesibilidad plena de los derechos de los usuarios y usuarias para el abordaje integral e intersectorial de estas problemáticas”. En este evento participarán organizaciones, usuarios independientes y CAPS que dependen de Salud Mental.

Entre la serie de actividades propuestas por el área, también se destaca el Foro de “Prácticas y reflexiones sobre Salud Mental: Nuevos paradigmas y sus desafíos”, actividad que se efectuará el 27 de octubre próximo en el Teatro Calchaquí de las 8 a las 12 horas, lo que será un intercambio de profesionales dedicados a la temática.

Fuente: Página 12

¿Tengo depresión? Cómo detectarlo, cuáles son los síntomas y cuál es el tratamiento

Aprende a identificar los signos de la depresión y encuentra orientación sobre cómo abordarla.
 

La depresión es un trastorno de salud mental ampliamente prevalente en todo el mundo. La mayoría de nosotros conocemos a alguien que ha experimentado la depresión en algún momento de su vida, y es posible que en ocasiones nos hayamos preguntado si nosotros mismos podríamos estar sufriendo de esta condición. 

La depresión no es un trastorno homogéneo; los síntomas pueden variar considerablemente de una persona a otra e incluso de un episodio a otro. Esta variabilidad a menudo dificulta el diagnóstico. Si no identificamos un problema subyacente en nuestros sentimientos y comportamientos, es menos probable que busquemos ayuda profesional. 

SI bien el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión se celebra el 13 de enero, este tema tiene que estar en el debate cotidiano todo el año, por lo que  buscamos responder a la pregunta: ¿cómo podemos saber si lo que estamos experimentando es realmente depresion

Definición de la depresión

La depresión se define como un conjunto de síntomas según la quinta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), elaborado por la American Psychological Association (APA). Este manual establece que una persona puede considerarse deprimida si experimenta, durante al menos dos semanas, al menos cinco de los siguientes síntomas:

  • 1. Un estado de ánimo triste la mayor parte del día.
  • 2. Anhedonia, que implica una disminución significativa del interés o el placer en la mayoría de las actividades.
  • 3. Cambios en el peso, ya sea pérdida o aumento clínicamente significativos, o cambios en el apetito.
  • 4. Problemas de sueño, como insomnio o hipersomnia.
  • 5. Agitación o ralentización psicomotora.
  • 6. Fatiga extrema o pérdida significativa de energía.
  • 7. Sentimientos de inutilidad o culpa excesiva e inapropiada.
  • 8. Dificultad para concentrarse, pensar o tomar decisiones.
  • 9. Pensamientos recurrentes de muerte o ideación suicida.

Según Víctor Pérez Sola, presidente de la Fundación Española de Psiquiatría y Salud Mental -consultado por La Voz de Galicia-, “para diagnosticar la depresión, se utilizan los criterios operativos del DSM-5. Dos de estos criterios son esenciales: uno es la tristeza y el otro es la anhedonia. Al menos uno de estos síntomas debe persistir de manera continua durante al menos dos semanas. Además de estos, hay otros síntomas asociados con la depresión, como pensamientos de muerte, insomnio y cambios en el peso. Lo más importante es que estos síntomas sean continuos y causen una discapacidad significativa”.

 

Si crees que tiene depresión, los profesionales recomiendan que debes buscar atención médica primaria para una evaluación. (Imagen: Pixabay)

Los factores de riesgo para desarrollar depresión

El Sistema Nacional de Salud español (SNS) identifica varios factores que aumentan las probabilidades de padecer depresión:

  • 1. Factores sociales y personales, como ser mujer, tener enfermedades crónicas o una personalidad neurótica. También influyen eventos y situaciones negativas como el desempleo o una ruptura amorosa.
  • 2. Factores cognitivos, que incluyen esquemas de pensamiento negativos automáticos, distorsiones cognitivas, creencias disfuncionales, pensamientos rumiantes y sesgos cognitivos que pueden predisponer a la depresión.
  • 3. Factores familiares y genéticos, como tener familiares de primer grado con trastorno depresivo mayor, lo que duplica las probabilidades de desarrollar la enfermedad.

¿Depresión o tristeza?

La tristeza es una emoción desagradable que todos experimentamos en algún momento de la vida, generalmente como respuesta a situaciones difíciles. Es fácil reconocer la tristeza cuando la sentimos. Sin embargo, distinguir entre una tristeza normal y la depresión puede ser más complicado. Para diferenciar entre ambas, es importante considerar las causas subyacentes de la angustia.

Según el psiquiatra Luis Gutiérrez Rojas, vocal de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM), “es crucial diferenciar entre una tristeza normal y la depresión. La tristeza normal es una respuesta adaptativa a una pérdida o situación difícil. Puede ser prolongada, como en el caso de la muerte de un ser querido, que implica un proceso de duelo que puede durar semanas o meses. Por otro lado, la depresión es una tristeza patológica, intensa y grave que se asocia con una serie de síntomas adicionales, como problemas cognitivos, insomnio, pérdida de apetito y deseo sexual, y pensamientos distorsionados y pesimistas. Además, debe durar al menos quince días en los que la persona se siente profundamente afectada”.

Es importante comprender que la depresión puede tener causas tanto endógenas como exógenas. Mientras que algunas personas pueden desarrollar depresión de manera espontánea, otras la experimentan como una reacción prolongada a eventos negativos de la vida, como una ruptura amorosa o la noticia de una enfermedad grave. En estos casos, la tristeza persiste y se convierte en un trastorno depresivo.

Depresión y fatiga

La fatiga es un síntoma clásico de la depresión, pero en la actualidad, el ritmo de vida acelerado y el estrés diario también pueden agotarnos. ¿Cómo podemos determinar si la fatiga que experimentamos se debe a un trastorno de salud mental? Gutiérrez lo explica: “Todos nos sentimos cansados después de un día agotador, una noche mala o un esfuerzo físico intenso. Sin embargo, en el contexto de la depresión, estamos hablando de un agotamiento constante que dura más de 15 días y no tiene una causa evidente. Es una sensación de falta de energía que va más allá del cansancio normal. Además, se acompaña de una falta de motivación. Un síntoma común es la clinofilia, que significa pasar el día acostado en la cama, sin poder levantarse”.

¿Qué hacer si sospechas que puedes tener depresión?

Lo primero que debes hacer es buscar atención médica primaria para una evaluación. Como hemos mencionado, el diagnóstico de la depresión se basa en la presencia de síntomas como la tristeza persistente y el estado de ánimo alterado durante al menos dos semanas. 

Si estás considerando buscar ayuda, es probable que sea necesario. Pérez Sola comenta: “La mayoría de los pacientes que consultan por depresión tienen sus dudas y se cuestionan si lo que están sintiendo es normal. A menudo, las personas con depresión se sienten culpables por tener esta condición además de su sufrimiento, y creen que deberían hacer más para superarla, cuando en realidad, en muchos casos, no depende solo de ellos”.

Estos sentimientos de culpa y la confusión sobre los síntomas pueden llevar a retrasar el diagnóstico. Gutiérrez Rojas señala: “En promedio, las personas con depresión tardan seis meses en buscar ayuda después del primer episodio depresivo. Esto a menudo se debe a la dificultad para reconocer los síntomas y a la tendencia a buscar explicaciones alternativas para su malestar. En el ámbito de la salud mental, es crucial buscar ayuda profesional cuando surgen dudas”.

Por esta razón, es esencial consultar a un médico para una evaluación. La atención primaria es el primer paso en el proceso. Pérez Sola aconseja: “Si crees que puedes tener un episodio depresivo, consulta a tu médico de cabecera. Están capacitados para diagnosticar y tratar aproximadamente el 80% de los casos de depresión. No dudes en buscar ayuda, porque existen razones para tener esperanza. A diferencia de lo que muchas personas creen, la depresión es un trastorno muy estudiado y se sabe mucho al respecto”.

Diagnóstico y tratamiento de la depresión

Una vez que hayas solicitado ayuda médica y compartido tus síntomas con un profesional, comenzará el proceso de evaluación. Pérez Sola explica: “Evaluamos si hay una ruptura biográfica. Si una persona que anteriormente estaba bien y llevaba una vida normal comienza a experimentar estos síntomas, podría ser un episodio depresivo”. Además, se realizan análisis de sangre, exámenes físicos y pruebas para descartar otras afecciones médicas que puedan causar fatiga y malestar. Junto con la historia clínica, estas evaluaciones ayudarán a determinar si el paciente necesita una intervención psicoterapéutica o si se requiere un enfoque farmacológico.

En este proceso, es posible que te deriven a un psiquiatra en casos más severos. Gutiérrez Rojas comenta: “Por lo general, se realizan análisis de sangre, un examen físico y se aplican escalas y pruebas adicionales para confirmar el diagnóstico, además de la evaluación clínica. En función de los resultados, se determina si el paciente necesita terapia psicoterapéutica o si se debe considerar un enfoque farmacológico. Existen antidepresivos ampliamente utilizados que suelen ser bien tolerados y que pueden tener una respuesta favorable”.

Es importante recordar que la mejoría no será inmediata una vez que comience el tratamiento. Gutiérrez Rojas explica: “Aproximadamente dos tercios de los pacientes mejoran con medicación, y alrededor de un tercio puede recuperarse por completo con el primer tratamiento. Sin embargo, es esencial continuar el tratamiento durante al menos seis semanas antes de evaluar su efectividad. Los síntomas pueden comenzar a disminuir después de este período. Luego, se recomienda mantener el tratamiento durante al menos nueve meses o un año antes de considerar la reducción gradual de la medicación”.

Aunque los psicofármacos son una opción común, el tratamiento de la depresión no siempre implica su uso. Gutiérrez Rojas menciona: “En casos de depresión leve detectada temprano, es posible que podamos abordarla sin medicación y optar por la terapia psicoterapéutica como un enfoque efectivo”.

 

Los medicamentos pueden ser un tratamiento para la depresión, siempre y cuando sean recetadas por un psiquiatra. (Imagen: Pixabay)

En caso de duda, busca ayuda

Es fundamental evitar el autodiagnóstico y las conclusiones precipitadas. A pesar de conocernos a nosotros mismos, la salud mental es un campo en el que se requiere la opinión de un profesional. Pérez Sola enfatiza: “En el ámbito de la salud mental, es importante preguntar cuando tengas dudas en lugar de autodiagnosticarte. 

En la actualidad, muchas personas tienden a autodiagnosticarse, pero lo más recomendable es que un profesional realice una evaluación y haga un diagnóstico. Es tan simple como acudir al médico de cabecera, explicar lo que estás experimentando y permitir que el profesional determine si necesitas tratamiento o si lo que estás sintiendo es una respuesta normal a tu situación”.

En época de crisis los expertos recomiendan aprender a dar primeros auxilios psicológicos

Con el aumento de problemas emocionales ligados a crisis personales disparadas por la situación económica y política, organismos como la Cruz Roja promueven la capacitación en Primeros Auxilios Psicológicos.

La salud mental está en crisis. Es esto coinciden desde las organizaciones médicas profesionales a la propia OMS. Y, sobre todo, lo reafirma la propia percepción social: en una reciente encuesta publicada por la consultora Voices!, los argentinos resultaron ser el país de América Latina con peor “evaluación” de su estado anímico. Según este estudio, el 28% de los consultados dijeron tenerlo ‘bastante malo‘ o ‘malo‘. Ante el agravamiento de esta situación –y la dificultad para conseguir ayuda inmediata– profesionales de la salud mental proponen difundir y capacitar a la gente sobre la importancia de los Primeros Auxilios Psicológicos que pueden convertirse en una primera “línea” de ayuda y contención, mientras interviene un profesional.

“La salud mental es un aspecto fundamental: no hay salud sin salud mental”, le dijo a PERFIL Rodrigo Cuba, Subsecretario de Desarrollo Humano de la ONG Cruz Roja Argentina. Y destacó que “todas las personas podemos ayudar a alguien que está sufriendo y es muy útil saber cómo hacerlo de la mejor manera. Por supuesto, ante los padecimientos mentales solicitar ayuda de un profesional es la clave”.

Detalles de los PAP

¿Qué son los Primeros Auxilios Psicológicos (PAP)? “Se trata de un conjunto de habilidades y conocimientos que cualquier persona –sin distinción de género, edad o formación– puede emplear para ayudar a otros a sentirse capaces de hacer frente a una situación de emergencia o crisis”, dijo Cuba que también es enfermero y psicólogo. Y ahondó: “los PAPs son las primeras acciones que se pueden realizar para dar respuesta y contención a una persona que está transitando un momento de crisis”. En otras palabras es una intervención simple, cuyo objetivo es brindar apoyo inmediato para que la persona restablezca su estabilidad personal a nivel emocional y físico.

Tal como ocurre con los primeros auxilios generales –que nos entrenan para actuar correctamente ante una herida, una torcedura o un ahogamiento– los PAPs son un conjunto de técnicas que ayudan al socorrista a evaluar una situación, conocer cómo reaccionar ante una persona que está en un momento crisis y cómo acercarse a alguien en peligro. En suma, enseñan a contar con las herramientas imprescindibles para transmitir calma y apoyo ante situaciones de angustiaansiedad o tristeza.

Cuba destacó que los PAP, tal como pasa con los primeros auxilios tradicionales, “son medidas primarias. Así como luego de hacer un vendaje de emergencia, la ambulancia lleva al herido al hospital; con el PAP pasa lo mismo: tras la contención inicial hay que derivar a la persona anímicamente lastimada a un profesional de la salud mental”.

Lo que causa la crisis

Las situaciones que pueden desatar la necesidad de recibir PAPs son de todo tipo. Según un trabajo de campo hecho por el Observatorio Humanitario de Cruz Roja Argentina, los ‘disparadores’ pueden ser muchos. Pero los ejemplos usuales son diversas circunstancias angustiantes muy comunes, como la pérdida de un ser querido, de un trabajo, el diagnóstico de una enfermedad crónica, una separación personal, situaciones de maltratos o abusos. A esto se le suman situaciones de crisis puntuales como un familiar atrapado en zona de guerra o atentados.

Uno de los puntos centrales de esta problemática es que quienes necesitan atención para su salud mental suelen encontrar barreras de todo tipo. Las usuales son económicas, personales, organizacionales, sociales y profesionales.

Uno de cada tres argentinos evaluó que su estado anímico era “malo”

Así por ejemplo, el relevamiento hecho sobre 702 personas, se comprobó que, de entre quienes dijeron encontrar dificultades económicas para tener asistencia psicológica. el 21% lo vincula a la falta de dinero para abonar la consulta y el 20% a la imposibilidad de perder un día de trabajo.

De aquellos que encontraron barreras organizacionales para acceder a la atención, el 39% dijo que “no le dieron cita o le dieron una fecha lejana” y el 30% afirmó que “había que hacer muchos trámites previos”.

Otras veces la resistencia es interna: entre las barreras personales el Observatorio de la Cruz Roja comprobó que una mayoría de encuestados pensó que “no era necesario consultar” (47%), seguido por un 27% de personas que no creyeron que pudieran ser ayudados/as por un profesional para mitigar la situación que estaban afrontando”.

En un mundo donde las crisis se dan a repetición y cada iteración de las mismas parece ser más grave, la promoción y enseñanza generalizada de los Primeros Auxilios Psicológicos se convierte en una verdadera necesidad social.

Primeros Auxilios Psicológicos

Los tres principios de contención

En esencia, los Primeros Auxilios Psicológicos (PAP) se usan para ayudar a quien esté pasando por un momento difícil durante, o inmediatamente después, de una crisis o emergencia. Los tres pasos claves son:
* Ver: Evaluar el entorno y observar si hay una necesidad de PAP a partir de lo que se ve o escucha que dice otra persona. Es importante contar con información sobre lo sucedido, identificar quién necesita ayuda, cómo es su reacción emocional, y si tiene alguna otra necesidad básica inmediata (por ejemplo, lesiones físicas).

* Escuchar: El siguiente paso es presentarse para poder establecer un vínculo. Consultar cómo ayudar, prestar atención, escuchar en forma activa (atención escuchante para brindar una conexión e interesarse en el otro) y brindar apoyo respetando los sentimientos. Para acompañar a la persona es fundamental mantener un tono de voz calmado, asegurarse de que está escuchando.

La Cruz Roja dicta cursos gratuitos de PAPs en forma períodica

* Vincular: Los PAP son una intervención temprana pero limitada. Y el tercer punto es apoyar a la persona que atraviesa una crisis a encontrar un profesional o el servicio de emergencia en caso de ser necesario. Quienes tengan interés en capacitarse en Primeros Auxilios Psicológicos podrán hacerlo escribiendo a capacitacion@cruzroja.org.ar donde se dictan cursos gratuitos de PAPs, en forma periódica.

Perfil: por Enrique Garabetyan

"Te estás jodiendo la vida", un manual frente a la "estafa" de la psicología positivista

Por: Olivia Alonso

Madrid, 21 oct (EFE).- “Te estás jodiendo la vida”, el nuevo libro de Buenaventura del Charco es un canto contra la psicología positivista de la “mejor versión” y los objetivos, que, según el terapeuta, es una “estafa”, que convierte al ser humano en producto de consumo y genera unos efectos psicológicos brutales.

 

“Siempre consideré ridícula la idea de la industria de la felicidad y del desarrollo personal, para mí se parecía a la psicología de verdad como el porno al sexo; pero me empezó a preocupar con el aumento de pacientes con sentimiento de culpa por no ser positivos y alegres. Pensé que era atroz y deshumanizado y que había que hablar de ello”.

Ese fue el detonante que llevó al experto en salud mental, “marbellí de nacimiento y granadino de adopción”, a arremeter contra la auto exigencia perfeccionista (el juez interno) y la auto crítica (el verdugo).

En una entrevista con EFE subraya que estas “supuestas herramientas” tienen unos efectos psicológicos brutales: “de lo peor que le puede ocurrir a una persona” y explican por qué en un momento de comodidad y bienestar material “tenemos más tasas de enfermedad mental que nunca”.

Advierte de que a esa situación “no se llega porque la gente se vuelva gilipollas”, sino por el “modo de entender la vida”. “Nos exigimos en la estética, en el ocio, etc. ¿Cómo no vamos a estar agotados, deprimidos, frustrados o ansiosos ante la sensación de no llegar a nada?”, se lamenta.

Y asegura que eso aboca a trastornos de alimentación o evasiones de la presión mediante el consumo, porque “por algún lado tiene que saltar la tapa”, lo que “empuja a la enfermedad mental de una manera brutal”.

En las 300 páginas del manual (Planeta), Del Charco insiste en que “estamos perdiendo la libertad como individuos”, al ser “esclavos del éxito” y de hacer las cosas pensando si van a gustar a otros. “Así te desdibujas mucho de quien eres realmente”.

“El rechazo es el precio de la libertad”, insiste el psicólogo, y critica también “la tecnificación actual”: “hay estudios de todo, que te dicen la manera adecuada de comer, de estudiar o de practicar sexo”.

Al profesor de la Universidad y del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada le preocupa también el incremento de casos que ve en consulta de pacientes que reconocen que “todo les va bien, pero que no están bien”.

“Ya no son esas depresiones del que no se atreve a salir de la cama en cama sin ganas de hacer nada ni energía”, sino que producen una nueva forma de malestar provocado por el funcionamiento de la sociedad y ya denominada como “depresión altamente funcional”.

A su juicio, la sociedad de consumo “está privatizando el malestar humano”, al responsabilizar al individuo de su ansiedad por no tener herramientas para manejarla sin relacionarla con “tener un contrato temporal, 30 años o vivir con los padres sin poder tener hijos ni un planteamiento vital”.

“Que la sociedad de consumo te haga sentir continuamente que no eres suficiente. ¿Eso no tiene nada que ver con la salud mental?, se pregunta el experto, mientras califica de “perverso” el “tener al capitalismo y a la productividad como marco epistemológico”.

Lamenta el psicólogo “el nivel de soledad que experimentamos como sociedad en un momento en el que cada vez la vida nos pone más difícil estar con gente y cuando estamos en contacto cada vez es menos real”.

“En esta sociedad exitocéntrica tenemos más miedo al rechazo y necesitamos más la aprobación del otro, así que nos atrevemos menos a ser honestos y a tener encuentros reales porque siempre estamos pensando en nuestra proyección de imagen y en ser políticamente correctos”, critica.

Y vuelve a atacar a los “psicólogos de la autoayuda”: “todavía no les he oído aconsejar a un paciente que saque tiempo para hablar con su abuela. Es que incluso cuando se refieren a esas cosas las tecnifican y te recomiendan cuantificar los abrazos o los besos que tienes que dar al día”.

El psicólogo reivindica la autocompasión -“que te conmueva tu dolor, y como consecuencia de eso pelees”- frente a la autoexigencia, que, asegura, lleva al abandono: “si estoy todo el día diciéndome que no soy una persona válida, ¿por qué voy a pelear por algo que no vale nada?”.

Y advierte que de este sentimiento se pasa a la “tristofobia nihilista” que impregna la sociedad actual, ya que “si no me quiero no estoy dispuesto a pasarlo mal”, y ahí “empiezan las pastillas o la necesidad de tapar las cosas con compras, citas, deporte, éxitos o logros”.

En este sentido, advierte de su preocupación también por el ascenso de “la neo-versión del desapego budista mal entendido: como no quiero sufrir me anulo como individuo y renuncio a la vida”.

Ante ella, anima, a reivindicar “nuestra humanidad y valores personales” para “volver a ser nosotros mismos y sentirnos satisfechos con los que somos y tratarnos con decencia y respeto”. EFE

 

Anna O., la paciente cero del psicoanálisis de Sigmund Freud que no se curó gracias a él

Se llamaba Bertha Pappenheim, pero su nombre ha pasado a los anales de la historia como Anna O., ligado, inevitablemente, al de Sigmund Freud. Pero no fue el padre del psicoanálisis quien le otorgó este pseudónimo, sino su colega y mentor Josef Breuer. Fue la primera paciente en ser tratada a partir del método catártico descubierto por este último, que sentaría las bases de la posterior terapia psicológica por la que Freud se haría mundialmente famoso.

Para conocer quién fue esta mujer hay que remontarse a 1880. Bertha tenía 21 años cuando Breuer comenzó a tratarla tras ser diagnosticada de histeria, una enfermedad nerviosa caracterizada por radicales cambios psíquicos y emocionales, que pueden o no ir acompañados de parálisis o convulsiones. En el caso de Anna O., como quedó reflejado en su historial clínico, sufría episodios de ceguera, sordera e, incluso parálisis de sus extremidades del lado derecho del cuerpo. Pero lo que más llamó la atención al psicólogo austriaco fue el trastorno del lenguaje del que se aquejaba. Lo que hoy en día se conoce como ‘parafasia’ y que supone suplantar ciertas palabras por otras, o un conjunto de ellas, con un sonido parecido, pero significado diferente. Términos que la paciente, curiosamente, sustituía de su alemán natal a los de otros idiomas que, en principio, ni siquiera dominaba.

Pero ahí no se detenía la larga lista de síntomas de Bertha. De una inteligencia superior a la media, la joven también padecía de alteraciones similares a la afasia, que dificulta la tarea de leer, escribir y expresar lo que se quiere decir, además de complicaciones a la hora de entender lo que otras personas te comunican. Sufría de dolores faciales de origen neurológico, una inestabilidad emocional evidente y, con el tiempo, comenzó a rechazar cualquier tipo de alimento y se le hizo imposible beber.

Una foto de 1931 de  Sigmund Freud posando para el escultor Oscar Nemon en Vienam. (AP foto /File)
 
Una foto de 1931 de Sigmund Freud posando para el escultor Oscar Nemon en Vienam. (AP foto /File) (ASSOCIATED PRESS)

Josef Breuer constató que los síntomas de Anna O. mitigaban cuando la paciente hablaba sobre ellos y sobre sus sueños y alucinaciones durante las sesiones de hipnosis. Sobre todo, cuando era capaz de remitirse al origen o causa que los había provocado. Fue la propia joven la que se refirió a este método inédito como “limpieza de chimenea” o “cura del habla”. Este último fue el término que más popularidad amasó, junto con el de “método catártico” que posteriormente formuló Breuer. Los hallazgos del austriaco y de Frued fueron recogidos por estos dos hombres en el tratado ‘Estudios sobre la histeria”, publicado en 1895.

 

10 de octubre: se celebra el Día Mundial de la Salud Mental

Según informaron los expertos, en estos casi dos años de pandemia, aumentó la gravedad y la cantidad de consultas relacionados a adicciones, insomnio y ansiedad.

A casi dos años del inicio de la pandemia de COVID-19, con el fin de las restricciones, el distanciamiento y un fuerte plan de vacunación en todo el territorio, se avanza sobre una nueva vida y la ya tan mencionada “nueva normalidad”. Por eso, en este 10 de octubre, mientras se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, es importante poner el acento en los fuertes cambios que atraviesan argentinas y argentinos tanto en lo relacionado con lo laboral, lo personal como también en los problemas económicos o las incertidumbres del día a día. Allí es donde aparecen y se acumulan una importante suma de trastornos mentales, adicciones y fobias.

Tras lo vivido en este último tiempo, la salud mental de la población ha empeorado. No solo por las cuestiones relacionadas al encierro y la cuarentena, sino también a causa de las limitaciones sociales y a la situación socioeconómica que vive el país. Por eso, desde el Hospital de Clínicas, el Dr. Patricio Rey, médico pediatra del establecimiento, remarca: “Estamos viendo cómo se incrementan las consultas sobre salud mental con la reapertura de las actividades en busca de apoyo profesional. Las poblaciones más vulnerables durante esta pandemia han sido adolescentes y niños. A nivel mundial se incrementó la patología mental en adolescentes sobre todo trastornos de ansiedad, adicciones, incremento de autolesiones, idea suicida y actos suicidas“. Y añadió: “La población adolescente es la más golpeada de todas. Asimismo, adultos jóvenes, entre 18 y 65, se vieron más afectados frente a situaciones de inestabilidad laboral y pérdida de seres queridos”.

Por la pandemia, lógicamente, disminuyeron fuertemente las consultas de control; lo que generó un aumento en la morbilidad por causas relacionadas a la salud mental. Con respecto a esto, el pediatra sostiene que muchas personas dejaron de concurrir a sus terapeutas, a sus psiquiatras y hasta que han dejado de tomar medicaciones, por lo que también va en aumento la gravedad y severidad de los problemas que ya existían. Más allá de estos, se han sumado nuevas patologías tanto por cuestiones vinculadas a la incertidumbre en torno al virus como por los problemas económicos y la restricción de los vínculos sociales.

Sobre esto, Rey destaca que se observa en la población “un cuadro de estrés post traumático crónico”, ya que la pandemia sigue y su riesgo está latente, mientras que también se mantienen las problemáticas socioeconómicas. “Aquellos que tienen que volver a su vida habitual desarrollan toda una cuestión de ansiedad, estrés y dificultades a la hora de enfrentar la nueva vida post pandemia. Hay mucho miedo y dificultades de volver a una rutina como antes porque hay miedo a contagiarse”, señala. A su vez, manifestó: “Aún no podemos saber qué secuelas quedan en la población a largo plazo pero en promedio un tratamiento de salud mental tanto psicoterapéutico como psicofarmacológico puede durar entre 2 y 4 años”.2

 

Con la ansiedad también se incrementaron problemas de sueño como el insomnio, la conciliación o su mantenimiento. “Los trastornos por ansiedad han aumentado, quienes los padecen vieron empeorar sus cuadros y mucha gente los experimentó por primera vez. Quienes descuidaron sus tratamientos con psicofármacos vieron exacerbados sus cuadros. Se están viendo más casos de adicciones, en nuestro país en especial el alcoholismo, tabaquismo, cannabis, cocaína y drogas en general. Todos los patrones en adicciones han aumentado”, repasó. Más allá de que en Argentina, hasta el momento, el suicidio no es una de las principales problemáticas, afirmó que lo es “en países más golpeados se vieron más casos como Estados Unidos, Inglaterra, Alemania y otros de Europa”, donde se duplicaron.

Desde el Clínicas afirman que, en el mundo, hay más de 500 millones de personas que padecen depresión, trastornos de ansiedad o adicciones y se estima que la próxima pandemia post COVID-19 es la de los trastornos mentales con estrés post traumático e incremento de los casos de depresión, ansiedad y adicciones. “La depresión constituye la mayor fuente humana de sufrimiento. Las primeras manifestaciones tienen que ver con desgano ante cualquier tipo de actividad, sensación de abatimiento, lo común es dormir mal o no poder hacerlo. Los pensamientos se tornan monocordes y la agitación psicomotora tiende a aparecer a medida que se agrava el estado”, enumeró Rey.

A su vez, el médico pediatra remarca que se ven secuelas en quienes atravesaron internaciones con cuadros graves -tanto trastornos cerebrovasculares, cognitivos o afecciones-  como inestabilidad emocional, problema de estrés, irritabilidad y dificultad de manejo de estrés, entre otras. Mientras que, en quienes pasaron por cuadros más leves, se ve miedo, ansiedad anticipatoria, depresión y problemas para “volver a la vida habitual”. Para concluir, Rey sentencia: “Existe un porcentaje alto de la población que sufre depresión pero que no pasa por el hospital, y que desconoce su situación, como consecuencia se va acentuando el cuadro, se puede ir notando un desmejoramiento en sus funciones afectivas y laborales o que termine con otras afecciones asociadas al cuadro de depresión ansiosa, los pacientes terminan asistiendo a una consulta en una 2 o 3 instancia, cuando empiezan a surgir patologías o se acentúan las mismas”.

Precisiones sobre el autismo

Frente a generalizaciones en las que se borra la especificidad del cuadro, la autora propone una mirada sobre el autismo desde la perspectiva del psicoanálisis.

 
Así como en décadas pasadas, el diagnóstico de “bipolaridad” se usaba para dar cuenta de cualquier cambio de humor y, no solo los psiquiatras, sino los mismos sujetos elegían tal nominación para definirse, hoy ocurre lo mismo con el autismo. En Internet algunas personas se autodenominan de esa manera, usando para ello test nada científicos y sin la evaluación de un profesional, también personalidades más “famosas” comparten esa moda. Frente a esa peligrosa extensión en la que se borra la especificidad del cuadro, importa precisarlo.
 
 

Desde hace ya casi un siglo existe un interés por el autismo desde la perspectiva del psicoanálisis. La soledad y la inmutabilidad, la fijeza, son dos características que usualmente describen al autismo: niños sin contacto con el mundo, encerrados en actividades solitarias que repiten en forma reiterada. El repliegue autista considerado como aislamiento reenvía una y otra vez a la perspectiva de una ruptura de lazo y al uso de distintas metáforas para nombrarlo. De allí surgen los nombres de “muralla”, “caparazón o cáscara dura” e incluso un muro en el que los niños se repliegan para protegerse del mundo. Pero el aporte esencial de Kanner es la inmutabilidad, sameness, que expresa la necesidad de mantener un orden rígido, sin que nada cambie, como una modalidad de defensa contra la angustia. Por otra parte, la soledad no es tan radical como se la puede suponer puesto que muchos niños buscan aproximarse al otro, a sus padres, a su manera.

 

Eric Laurent introduce la noción de “encapsulamiento autista”, no ya rígido como fuera planteado anteriormente, sino elástico, que puede desplazarse. El niño con autismo, que no tiene cuerpo ni imagen, se encierra en un encapsulamiento que funciona como una burbuja de protección, como una cápsula a la manera de los astronautas que se desplazan en el espacio, protegiéndose de las manifestaciones que vienen del mundo exterior. El encapsulamiento es ya una respuesta por parte del sujeto, su invención personal. No se trata entonces de eliminarlo sino de crear un espacio entre el sujeto y el otro en el que se produzcan intercambios menos amenazantes que posibiliten su desplazamiento. No existe un niño-tipo, tampoco en el autismo. Antes bien, todos son diferentes. Las repeticiones no son obsesiones ni manifestaciones deficitarias, más bien intereses específicos, “pasiones”, a partir de los cuales podemos entrar en contacto con el niño. Aunque el autismo es un funcionamiento singular que se mantiene estable a lo largo de toda la vida, eso no impide que haya transformaciones en las que se apoya el tratamiento analítico. El niño con autismo se inserta con pocas palabras en el mundo pero que puede complejizarlas en circuitos cada vez más amplios que se enganchan a una imagen. La autista arma palabras, sorteando la enunciación, dice Maleval, utilizando una lengua opaca para los otros, a veces intelectual, sin afectos, con un único sentido para cada palabra, reduciendo las palabras y la lengua a un código constituido por signos que quedan en estrecha relación con el referente, con una adhesividad a la palabra tal como se arma en la situación primera. Pero a su manera pueden llegar a hablar, aunque en la primera infancia presenten dificultades para hacerlo.

Durante el tratamiento los niños hacen funcionar objetos, distintos tipos de materiales, con los cuales van interactuando en su mundo inmutable. Existe en los autistas un “lazo sutil” que posibilita un trabajo analítico, de modo tal de desplazar el muro invisible del encapsulamiento autista, y eso hace que no queden totalmente a solas con sus invenciones. Se trata de extraer al niño de su homeostasis inicial e incluirlo a través del trabajo en transferencia, sin forzamientos, en un desplazamiento que tome en cuenta sus intereses específicos, que logre producir algo nuevo en la repetición a partir de la cesión del objeto. Aun a través de repeticiones monocordes los autistas incluyen las temáticas que los afectan. El discurso del autista no es pura estereotipia, si los escuchamos podemos encontrar, como dice Lacan, que tienen algo para decirnos. Muchas veces la repetición de lo mismo opaca el encuentro con la contingencia de aquello que aparece en forma espontánea en el tratamiento que debe ser escuchado.

 

Resulta fundamental el respeto por las diferentes soluciones de cada sujeto, a sabiendas de que la cesión de goce que incluye nuevos objetos se produce por iniciativa del sujeto en la medida en que se logra producir un desplazamiento. La intervención del analista posibilita la aparición de circuitos, secuencias, la inclusión de personas y de objetos de acuerdo a la lógica del funcionamiento singular que perdura a lo largo del tiempo, pero que no por ello los deja por fuera de los otros. La televisión, los grabadores, los juguetes del consultorio o el teléfono, son objetos utilizados comúnmente por los niños en sus análisis por fuera del diagnóstico. Lo que varía es el uso que puede darle el autista en la medida que se vuelven la apoyatura para desplazar su encapsulamiento autista. El celular puede volverse el “auxiliar” de una narración entrecortada y el sostén de alternancias iterativas. Así lleva en sus manos sus recuerdos y afectos y puede verlos y mostrarlos. Los tratamientos analíticos utilizan los objetos tecnológicos que eventualmente trae el niño como repeticiones apoyadas en imágenes, ya sea con dibujos que muestra o repite, alojando una voz fuera del cuerpo en la medida en que se aloja en un grabador o en un micrófono, dando lugar al despliegue de afinidades. Estos objetos se vuelven así el soporte de desplazamientos del encapsulamiento autista, “objetos mediadores” como lo llama Maleval, “objetos transitorios”, según la expresión de Laurent, e incluso “auxiliares del relato” sobre los que se apoya para su trabajo bajo transferencia dentro del dispositivo analítico. El funcionamiento autista puede variar a lo largo del tiempo, incluso casi pasar desapercibido.

Esta perspectiva es la base de la acción analítica en el trabajo con sujetos con autismo: es posible, no siempre, producir un desplazamiento. En la dirección de la cura se trata de extraerlo de su estabilización iterativa, repetitiva y ponerlo en movimiento a partir de sus intereses específicos. Ahora bien, ¿qué sucede cuando el tiempo pasa y los niños vueltos adolescentes y luego adultos siguen teniendo la necesidad de mantenerse en su mundo de seguridad sin abandonar sus iteraciones? ¿Qué pasa cuando no hablan, rechazan toda cesión del objeto y parecen imperturbables a toda propuesta de trabajo analítica o educativa? La premura por sacar al niño pequeño de su funcionamiento autista, la idea de que “cuanto antes mejor” que sostiene la aplicación de protocolos generalizados, hace que al hablar de autismo se piense solo en niños. El “tipo Asperger” popularizado por películas y series contribuyen a la idea del autismo como una dificultad en el lazo junto a habilidades especiales en dominios específicos. Cada momento de la vida presenta para todo sujeto sus complejidades. El pasaje por la pubertad confronta al autista a preguntas en torno a la sexualidad y a la muerte, cuyas respuestas quedan por fuera del saber establecido e interpela a los padres. La adultez conlleva la búsqueda de la inserción laboral. Pero en todos los casos se trata de sostener una política de integración y una lucha contra la segregación. Es posible que frente al mantenimiento de una homeostasis casi imperturbable de algunos sujetos con autismo pueda proponerse una clínica del “hallazgo”, del “tal vez”, de la búsqueda de soluciones hechas a medida que pueden encontrarse en cualquier momento de la vida. La diferencia suele inquietar, y no solo en el autismo, genera miedo a lo desconocido e incluso puede conducir a la segregación. Respetar la invención de cada autista, de sus intereses específicos, hacer uso de ellos, permite aproximarse y aproximar al autista para que encuentre su salida singular. La mirada psicoanalítica sobre el autismo va en contra de su aprehensión puramente deficitaria. No se trata de pensar al autista cortado del lazo y sumergido en sus obsesiones y sus conductas estereotipadas sino de captar su manera singular de estar en el mundo.

Silvia Tendlarz es psicoanalista y escritora.

El 7 de octubre tendrán lugar las Jornadas de la Cátedra Clínica del autismo y de la psicosis en la infancia de la Facultad de Psicología, Universidad de Buenos Aires, en las que se celebran los 10 años de la Cátedra. La actividad es abierta y gratuita, y su inscripción es a través de la página de la universidad.

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